Luchar. Vivir. Crecer. Decepcionar. Tristeza. Enfado. Felicidad. Adolescencia. Trabajo. Niñez. Amor.
El amor debería ante ponerse en todo lo que esté por encima.
Los problemas conllevan a la destrucción de un hogar sino se toma las riendas.
Y est...
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Hermosos mis bebés ❤️😍
–Cuando seamos grandes podemos ser astronautas, cazar las estrellas y ver los planetas
–¿Tú crees qué encontremos estrellas de colores? ¿Te imaginas cruzarte con extraterrestres? ¡OH! – se levantó de la roca, dónde estaba sentado desde hace un rato de un brinco aplaudiendo- mejor aún, ver platillos voladores. Una vez escuché a mi abuelo decir que los extraterrestres tienen cabezas enormes, con ojos muy grandes, cuerpos de humanos, manos iguales a las nuestros y no recuerdo que más, pero son seres extraños ¿Verdad? ¿En qué idioma hablarán?- parloteo- dime ¿Qué opinas Changkyunnie?- preguntó al niño, quién se había levantado del poco césped que decoraba el suelo rocoso
–¡LEE MINHYUK, VEN AQUÍ AHORA MISMO! -la voz de su padre hizo eco en la media tarde de ese día soleado, sobresaltando a ambos infantes, Minhyuk antes de marcharse, se aproximó a su mejor amigo para besar la mejilla y reventarle el corazón con esa elevación que a su corta edad no supo entender su significado, pero gracias a ese dulce detalle, su sonrisa se ensanchó de punta a punta sin que el otro notara eso, ya que salió corriendo hacia esa voz que seguía llamándolo
Changkyun también se encaminó a su rumbo, despidiéndose de su lugar feliz de nuevo para adentrarse a ese lugar que le daba tristeza.
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–¿Con quién estabas Minhyuk? Te he dicho reiteradas veces que no hables con desconocidos, hueles extraño, ese aroma me es familiar- frunció el ceño- sea quién sea esa persona, te prohibo que lo vuelvas a ver. No frecuentes con personas fuera de nuestro entorno ¿Haz entendido?- el alfa detestaba prohibirle cosas de menor peligro, pero en este caso era fundamental hacerlo, ya que ese aroma le ocacionaba un instinto de protección para con el cachorro
–Pero ¿Por qué?! ¡Tú no conoces a Kyunnie, él nunca me haria daño! No, no te haré caso papá, tú nunca estas en casa para cuidarme ¡TE ODIO!
Antes de girarse, su semblante se tranformó en disgusto colmando esos preciosos orbes con esas gotas saladas, el mayor suspiró entre el agote mental que estaba viviendo, por las intensivas guerras entre el comité de alfas de altos rangos para apartarse de esa vida, su madre lo apoyaba pero su padre escarbaba demás, hasta que tuvo que darle un alto para que omitiera sus discursos de lo que significaba pertenecer al grupo de cazadores, y sobre las herencias entre otras cosas insignificantes. Su padre le ordenaba a quedarse definitivamente dentro de ese negocio familiar, logrando que su propio hijo por primera vez en sus 32 años, se enfrentara al mayor escupiendo palabras que oculto durante años. Luego de eso, el alfa mayor se retiró sin habla, mientras que Hoseok se sintió alivianado de haber expresado sus sentimientos con palabras furiosas, esperando a que su padre entendiera el punto donde para él la familia era lo primero y más primordial en su vida. Y ahora se le sumaba lo de su cachorrito, únicamente lo que más le preocupaba sin saber como resolver lo que para él era un problema. Ese aroma gritaba peligro, muerte, pero había algo más humano que se imaginaba vendría de parte de un niño, algo natural pero no descubría que.
