💢Capítulo 11💢

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–Oki doki, papi bonito -apretujo las mejillas, abultando los labios de su papi omega- pero debo decirles algo, Honey se enojara conmigo, por favor no le digan que yo les dije ¿Si?- juntó sus manos en una plegaria

–Dinos pequeño. Nada pasará, ni Honey se enfadara

El menor dudaba, pero si su hermano estaba en peligro debía salvarlo a través de sus padres.

–Bueno, Honey bee se fue con esos alfas que me molestan en la escuela, pero por favor, no le mencionen eso, yo me se defender solo, como el niño grande que soy, no me gustan esos alfas, hacen cosas malas y temo que a mi hermano le hagan daño, papis ¿Pueden ir a buscarlo? Tráiganlo a casa por favor.

El alfa cruzó su mirada con la del más alto, besó las frentes de sus dos amores y en silencio dejó parte de su calidez, en busca del alfa moreno para pedirle que sea un respaldo, porque se hacia la idea de dónde podría llegar a estar su cachorro mayor, dos sitios que frecuentaba el adolescente, estando ellos fuera del hogar.

El "callejón de los aliados" sumamente frecuentado por alfas y betas adolescentes mejor conocidos como "niños de papis" o "niños malcriados", que se convertían en las pesadillas de manadas o lobos solitarios. Nunca fue un lugar habitable por el consumo de estupefacientes, alucinógenos o algún tipo de sustancias ilegales que los trasmutaba en peores bestias, el consumo de bebidas alcohólicas y la nicotina sumaban más terror al pueblo que evitaban siquiera caminar por esos lados. Los sofás maltrechos con agujeros, barriles de acero, cubriendo en su interior por esa emisión de luz y calor, siendo acompañamiento para iluminar el tétrico agujero de ratas de niños riquillos.

El segundo lugar era una cabaña que estaba en una de las montañas cubierta por árboles y un pastizal. Había leyendas urbanas que relataban los alfas ancianos que vivieron en esa época, cuando comenzaron a suceder hechos que fueron contados de boca en boca, para inculcar miedo y otros pocos creyentes en esos supuestos relatos. Los alfas comentaron que en esa cabaña fueron asesinados niños por vampiros, que los fantasmas rondaban por esa oscura pequeña casa y tosca, también de otras almas en pena. Los no creyentes, eran obligados a pasar una noche en la cabaña subiendo por el empinado camino rocoso de tierra seca, pocos aguantaban estar horas porque al regresar a sus viviendas, confirmaban que todo era real. Por lo que dejó de ser una creencia popular. Como siempre, había niños estúpidos o personas adultas engreídas que para hacerse los heroicos presumiendo su valentía, regresaban con las alas cortadas, muchos decían que lo merecían para bajarlos de esa nube de grandeza.

Hoseok descartó este último, porque su parte animal le aconsejaba ir al primero, tanto que él mismo estuvo de acuerdo por el presentimiento que desembocaba en su tenso cuerpo. La tensión iba en aumento al aproximarse a ese callejón de mala muerte, los chasquidos de sus manos producto de estar crujiéndolas prácticamente desde que puso su trasero en el coche, el rechinido de sus dientes y el insistente tic del movimiento de su pierna izquierda, cabreaba al lobo de Hyunwoo, aunque a su persona le erizaba los pelos porque desde que lo conocía, en su perruna vida lo había visto de esa forma. Lo predijo antes de tiempo, de que todo empeoraría al encuentro de su sobrino. 

Una vez que detuvo el coche, el alfa tocó suelo en una fracción de segundos seguido del moreno, olfateaban la mezcolanza de aromas en el aire, hasta que el alfa más bajo dio con el que buscaba. Siguió ese aroma disgustado, con la tensión por las nubes, el moreno vio la figura del pálido con la respiración por las galaxias, los músculos rígidos y los gruñidos saliendo al exterior, se adelantó unos pasos y a su lado vio que los ojos se desorbitaban, resoplando una tras otra. En el momento en que se quedó quieto fijando sus ojos en cierta persona, su mirada se encaminó hasta dar con el cachorro.

¡JOOHEON!

Un gruñido se oyó en ese callejón quedando en completo silencio, el mencionado enganchó la mirada con la de su padre, irreconocible, sus ojos no despabilaban la oscuridad que tapaba la cordura del mayor. El estado de su padre lo inundó de pánico, su cuerpo temblaba con las feromonas que contaminaban el sitio.

💢Crazy💢(2won)Where stories live. Discover now