The Beggining.

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Brenda O'Donnel salió de casa ese día lunes decidida a no regresar hasta encontrar un trabajo para poder subsistir. Llevaba horas caminando agotada y muerta de hambre, sacó de sus bolsillos las ultimas monedas que le quedaban para comprar aunque sea un refresco, el cual lo fue bebiendo por la acera hasta que, mientras se disponía a cruzar la calle, un coche frenó a centímetros de ella, apunto de arrollarla. Del susto dejó caer el refresco al pavimento. Miró con el ceño fruncido al interior de este y fue a darle de golpes al auto, que aun se encontraba estacionado a cercanía.

-¿¡Qué es lo que te pasa, estúpido!? ¡Ten más cuidado, casi me matas! -Gritó furiosa, con motivos de sobra.

Cuando el tipo del auto se disponía a escaparse, unos tipos que venían en una camioneta oscura se estacionaron tras de ella, acorralándola entre la camioneta y el auto.

Bajaron tres hombres vestidos de negro con pasamontañas y la tiraron al piso para pasar por encima de ella y terminar con el trabajo de sacar al hombre del auto.

-¡Apúrate! Mételo a la camioneta.

Aún en el piso, se quedó viendo cómo tomaban al hombre del auto a la fuerza y de un tirón lo metían dentro de la camioneta. Intentó levantarse y salir corriendo cuanto antes, pero fue imposible.

-No. Que no se escape, ella también se va con nosotros.

Un hombre mucho mas alto la tomo de la cintura levantándola y la tiró en la camioneta.

-¡Qué te pasa hijo de...

-Cállate! Si no te quieres morir aquí mismo.

Fueron las ultimas palabras que escuchó antes de sentir un pinchazo en el cuello que la dejo dormida por unas horas.
Lo mismo hicieron con el hombre que habían secuestrado... Y al paso de unas horas, él despertó y la vio a su lado en una pequeña cama. Miró a su alrededor, se encontraban en un pequeño cuarto donde solo había una mesa, una silla, algunos víveres y más allá se hallaba lo que parecía ser un baño; aún algo aturdido, se levanto y comenzó a examinar todo lo que ahí había, entrando al pequeño baño y mojando su rostro...

De vuelta al cuarto se sentó en la silla a observar a la joven mientras dormía, por su mente pasaban mil pensamientos.

¿Quién querría hacerle daño?
¿Le hizo daño a alguien?
¿Cuánto tiempo estará ahí?
¿Será ella cómplice de ellos?

En esos momentos su mente volaba y volaba, pensando en muchas cosas que ni imagino pensar algún día.
Harto de pensar se levanto en dirección a la cama y comenzó a moverla para que finalmente despertara.

El Placer De Estar Contigo.Where stories live. Discover now