3: Fama/prensa

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"No podemos dejar que sigan estos rumores. ¿Sabes la bronca en la que nos están metiendo? Se nos van a ir para atrás los patrocinadores, las ofertas de equipos... todo. Así que si o si tenemos que salir a desmentir todo este desmadrito."

El problema, piensa Memo mientras se restriega la cara con hartazgo, es que ojalá nomás fueran rumores. No sabe cómo se enteró la prensa, pero tampoco no es que le sorprenda mucho; esos weyes están en todos lados, a todo momento. Y si, obviamente habían sido extra cuidadosos de no hacer nada muy obvio en ningún lugar donde potencialmente haya paparazzi. Pero al final está demasiado cabrón mantener a los chismosos fuera de sus asuntos toda la vida.

Para colmo, siente que el hecho de traerlos a los dos para la pinche conferencia solo va a hacer que se vea todo más sospechoso. Lionel tiene entrenamientos y Memo también, y si están interrumpiendolos para venir aquí para informarle a la prensa que no, no están en una relación... bueno, no se necesita ser un genio para saber que nadie se va a tragar esa mentira.

—Ya te pego el estrés?— pregunta una voz. Messi le sonríe a medias mientras se acerca, pero se nota la tensión en sus facciones. Está igual o más preocupado que Memo.

—Poquito nada más.— Es claramente una mentira y ambos lo saben, pero Lionel es demasiado amable como para señalarlo. Memo baja la voz para que sólo su compañero pueda escucharlo. —¿Entonces que? ¿Aquí acaba esto? ¿Así nomas?—

Se quedan callados un largo rato, escuchando a lo lejos los preparativos, la gente entrando a la sala donde se llevará a cabo la conferencia. En algún lugar cerca rondan sus agentes. En cualquier momento van a tener que salir a enfrentar al público y Memo quiere al menos saber qué está pasando por la cabeza de Lionel ahora mismo.

Messi está viendo hacia la puerta que lleva a la sala de conferencias, su expresión calculadora como cuando está repasando jugadas en su cabeza, intentando decidir cuál es la mejor opción sin revelarle nada al contrario. Cuando finalmente habla de nuevo, Memo sigue sin tener ni idea de que está planeando hacer. —Dijeron que tenemos que aclarar las cosas, ¿no?—

—Si, pero...

—Pues eso hacemos entonces. — le interrumpe Lionel muy tranquilo, con el tipo de paz que solo alguien con un as bajo la manga puede tener.

Memo quiere preguntar más; necesita saber a qué chingados se refiere, por qué está siendo tan vago cuando él solo quiere saber si van a cortar de tajo la relación que apenas se va empezando a dar entre ellos. Pero antes de que siquiera le de tiempo de abrir la boca, ambos futbolistas están siendo dirigidos hacia la puerta, hacia donde la jauría de periodistas les esperan con cámaras, micrófonos y flashes listos.

Lionel se sienta a su lado, sonriéndole a la prensa como si nada pasara. Y luego voltea a ver a Memo para sonreírle con evidente afecto, su expresión suavizándose por un momento antes de volverse decidida. Es la única advertencia que Messi le da al mundo —a Memo— antes de inclinarse hacia la multitud de micrófonos frente a ellos.

—Bueno, como seguramente sabrán, ha habido rumores sobre nosotros teniendo una relación romántica.— Lionel va directo al grano. Memo casi puede ver como la sala entera se inclina hacia adelante esperando las siguientes palabras de parte de Messi. —Estamos aquí para confirmar que es cierto, somos pareja.—

Toda la compostura de la prensa se va a la verga con esa sencilla oración.

Hay preguntas siendo gritadas por todos lados, los flashes de las cámaras están chasqueando sin pausa; Memo escucha a sus agentes vociferando algo, pero no logra procesar las palabras. Está todavía demasiado aturdido por el hecho de que no solo Lionel no acaba de terminarlo, sino que le acaba de anunciar a todo el mundo que están juntos.

Messi tiene el descaro de acercarse una vez más a los micrófonos y decir, —Eso es todo, gracias por venir.

Se pone de pie y sale de ahí con aparente desfachatez. Memo solo atina a ponerse de pie y decir un rápido 'si, es cierto' que pone en frenesí de nueva cuenta a todos los periodistas antes de salir como alma que se la lleva el diablo detrás de su novio.

Lo encuentra en la misma salita de espera donde estaban antes, ahora solos y casi en silencio a excepción del barullo de fondo de los agentes intentando mantener bajo control la situación. Ya de cerca, Memo puede ver cómo el cuerpo entero de Lionel está tenso y tiene la cara pálida. Se ve como si apenas estuviera dándose cuenta de lo que ha hecho.

Memo está seguro de que él se ve igual de impresionado y nervioso que Messi, pero no le importa. Le toma de las manos y las estruja con fuerza, tratando de reconfortarlo. —No me esperaba eso, la neta.—

—¿Te molesta?

Memo niega con la cabeza, sonriéndole. —Ya estuvimos escondiéndonos mucho tiempo, mínimo así podemos salir en paz.

Ambos saben que es mentira. Probablemente las cosas solo se compliquen más a partir de ahora, sin mencionar la chinga que les van a meter los agentes por ir en contra de lo que habían acordado. Aun así, Memo no puede evitar sentirse ligero. El miedo sigue ahí, pero es manejable cuando sabe que tiene a Lionel a su lado.


I feel alive when we feel deepWhere stories live. Discover now