1: Mundial

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El partido termina y Corea se declara vencedor. Cristiano quisiera decir que se siente enojado por haber perdido, pero más bien se siente satisfecho de haber tenido un buen partido, incluso con este resultado. Se pone de pie para ir a reunirse con sus compañeros de equipo, abrazándose entre ellos y animándolos. Los jugadores coreanos se acercan a saludar y Cristiano les estrecha las manos con una sonrisa pequeña y una felicitación.

Es solo hasta que el número 9 se acerca que vuelve a sentir la tensión de antes, cuando habían discutido brevemente en la cancha. Cho Gue-Sung le ofrece una sonrisa titubeante y estira su mano hacia él; una oferta de paz. Cristiano suspira y niega con la cabeza, pero le toma la mano y la estrecha con fuerza. Su boca se tuerce en una mueca, pero cree que Gue-Sung puede notar que está conteniendo las ganas de sonreírle de vuelta, porque su expresión se ilumina aún más y pierde cualquier rastro de duda.

Se separan sin decirse realmente nada. Hay una tensión aún presente entre ellos, pero esta vez se siente diferente a la energía hostil de antes. Se alejan y siguen a sus respectivos equipos. Cuando Cristiano mira una última vez por encima de su hombro, sus ojos se encuentran con los de Gue-Sung al otro lado de la multitud. El chico le sonríe antes de desaparecer dentro de los vestidores.

Algo le dice que no es el único que siente ese anhelo.


I feel alive when we feel deepWhere stories live. Discover now