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MOANA SE HABÍA levantado temprano para ir al centro y comprarle su regalo a Belly, quién cumplía dieciséis años. Cuando fueron de compras con sus madres, había visto como ella se quedaba viendo un brazalete, por lo que le pareció buena idea comprárselo. Era un bonito brazalete, de oro, con estrellas y lunas colgando de ella.
Cuando había vuelto a la casa, ya todos estaban en la cocina, y cuando divisó a Belly fue a abrazarla rápidamente.
-No tuve tiempo, pero puedo conseguir las cosas y hacerlas -responde con una sonrisa-.
Cuando alguien cumplia años, Moana hacía sus famosas galletas de chocolate. No sabe en que momento se volvió tradición, pero no le molestaba, si es cierto que no tenía tantos dotes en el área de la gastronomía pero esas galletas eran alabadas por todos.
Susannah propuso abrir los regalos, así que todos estaban en la sala.
-Muy bien, es mi turno -habló Moana. Ya todos le habían dado sus regalos, solo faltaban Conrad y ella-.
-Oh por Dios -exclama sorprendida viendo el brazalete- ¿Como supiste?.
-Vi como lo miraste cuando salimos de compras -explica- ¿Te gusta?.
-Me encanta, Annie. Gracias -las dos se funden en un abrazo, y sus madres las miran con una pequeña sonrisa. Se habían dando cuenta que las dos adolescentes estaban distanciadas este verano, pero les alegraba ver que todavía quedaba algo de esa hermosa amistad-.
-Conrad, eres el último -le dice su madre y el joven hace una mueca-.
-Yo.. No encontré nada que pudiese regalarle -mira a Belly con pena- Pero te compraré algo, lo prometo.
-Está bien, no te preocupes -lo tranquiliza Belly tratando de ocultar su decepción, sin tanto éxito-.
-Tengo que irme.. Le prometí a Cleveland que le ayudaría con algunos nudos -el rubio se despide y el resto sigue con la fiesta-.
Pero antes de que el se subiera al auto, Moana lo frena. No se creía eso de que no encontró nada.
-Oye.. Conrad -lo llama- ¿Por que no le compraste algo?.
-No sabía que darle -se encoge de hombros-.
-Pues no me creo eso. ¿Viste su cara de decepción? -cuestiona-.
