i remember the night at the hotel II⚽ lionel scaloni

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Lionel volvió a devorar tus labios mientras sus dedos se paseaban por debajo de la remera que te habías puesto segundos atrás y te la sacó de un tirón.

—¿alguna vez tuviste sexo en un ascensor? —preguntó él bajando sus besos por tu cuello y mordisqueando aquella zona, mientras que sus dedos jugaban con los breteles del corpiño. gemiste cuando los dedos del dt rozaron tus pezones y ante tu reacción, los apretó, poniéndote los pelos aún más de punta.

—no, nunca —le respondiste como pudiste ante la estimulación que estabas sufriendo y empezando a sentir por sobre tu malla como empezaba a crecer la erección de Lionel.

—yo tampoco, pero es un buen momento para una primera vez, ¿no? —el dt necesito solo su dedo índice y pulgar para desanudar tu corpiño y quedar con tu torso descubierto frente a él. besó, chupó y mordió tus tetas mientras te limitaste a gemir su nombre cada vez en un volumen cada vez más alto—. shh, chiquita , que nos pueden escuchar —metió dos de sus dedos en tu boca y los chupaste mientras los negros orbes de Lionel te miraban. con esos dos dedos húmedos, pellizco tus pezones y de repente notaste algo: él seguía completamente vestido y vos ya estabas casi desnuda.

—estás en condición de ventaja —le dijiste levantando los brazos de él para deshacerte de la remera color roja de adidas que tenía puesta. paseaste tus manos por el marcado torso del hombre que seguía acariciando tu torso. habían empezado una nueva sesión de besos y las grandes manos de Lionel cubrían casi toda tu espalda y acompañaban el movimiento de vaivén que habías empezado a hacer pegándote más a él.

tanteaste con tus manos la cintura del dt y empezaste a tocar su bulto por encima del short deportivo que tenía puesto y él gimió en respuesta a tu tacto. dejaste un camino de besos por el torso del hombre frente a vos y con su ayuda le bajaste el pantalón. no era el mejor lugar para estar a punto de tener sexo ni la mejor posición para hacerlo y eso, Lionel pareció notarlo.

se levantó del piso del ascensor y te tomó con sus brazos, moviendo tus piernas alrededor de su cintura, acorralándote contra una de las cuatro paredes.

—Lionel... ah —gemiste cuando los dedos del dt bajaron y empezaron a tocarte por encima de la tela de la única prenda que tenías puesta: la parte de abajo de tu malla. sus dedos corrieron el pedazo de tela y empezaron a tantear tu entrada y el pulgar se detuvo en el clítoris, moviéndose lentamente en círculos.

—¿estamos un poquito desesperadas, o no? —soltó con sorna y volviste a gemir cuando uno de sus dedos entro de una estocada y empezó a moverlo, abriéndose paso en tu interior. volvió a besarte, callando los gemidos que amenazaban con salir de tu garganta, apoyaste una de tus piernas en el piso y con su mano libre, Lionel subió un poco más aquella que seguía rodeando la cintura de él para tener mejor acceso a tu cuerpo.

al dedo que tenía en tu interior, se le sumó otro y poco a poco, iba aumentando la velocidad con la que estos entraban y salían de tu cuerpo. era obvio que Lionel sabía que hacía, sabía dónde tocarte, sabía cómo tocarte para que puedas llegar al tan ansiado orgasmo que estaba buscando generarte solo con tres de sus dedos. su pulgar seguía moviéndose en círculos y te besó en el momento exacto que sentías tus paredes internas contraerse y cómo aquella sensación de nudo en tu parte baja desaparecía. mordiste muy levemente el labio inferior del mayor, totalmente descontrolada por la situación: uno de los hombres más populares del país te acababa de dar un orgasmo totalmente indescriptible.

—no, no, ahora eso no que no aguanto más —te respondió cuando tu pie tocó el piso y quisiste arrodillarte para devolverle el favor. volvieron a besarse y después de bajar el boxer del mayor, le das un poco de estimulación con una de tus manos al glande, logrando que Lionel gimiera tu nombre en tu cuello.

aprovechando tu reciente orgasmo, Lionel no tuvo muchos problemas cuando empezó a hacer lo mismo que hizo antes con sus dedos pero con su miembro. tu espalda seguía contra la pared, tus piernas volvieron a rodear la cintura de él al igual que tus brazos, que descansaban alrededor de su espalda.

abriste tus ojos cuando el miembro de Lionel empezaba a ir un poco más rápido llegando a tocar tu punto g y sonreíste al ver algo que te erotizo aún más: la pared frente a ustedes era un espejo y gracias a eso, tenías una vista casi total del cuerpo del dt. los marcados brazos que rodeaban tu cintura y te mantenían en el aire, la tonificada espalda decorada con los que reconociste como los hoyuelos de venus , los glúteos de aquel adonis que le dejaban paso a unas piernas musculosas y que jamás habías visto: unos muslos marcados que mostraban la experiencia que había tenido en el campo de juego y que daban cuenta de las horas que pasaba haciendo ejercicio.

—Lio... —obtuviste un ¿si? como respuesta a tu llamado y volviste a unir miradas con él. sus ojos, oscuros de por sí, parecían serlo un poco más llegando a intimidarte—. no... no puedo más —continuaste con dificultad, sintiendo como aquella molestia en tu espalda baja crecía un poco más con cada embestida que Lionel daba y que parecía llegar un poco más lejos. volvieron a besarse y aunque parecía imposible, las estocadas del dt aumentaron un poco más su velocidad, haciendo que tus paredes internas se contraigan y dejen paso a un nuevo orgasmo, uno mucho más largo y hasta placentero que el anterior.

las embestidas no cesaron y Lionel se apuró para poder acabar unos segundos después que vos. mordió tu hombro para callar el gutural gemido que le había generado el orgasmo que acababa de tener, mientras que tus manos acariciaban su espalda y subían hasta el cuero cabelludo de él.

—por favor, mi intuición nunca falla —dijo él después de varios segundos de silencio, mientras salía de tu interior y acariciaba tu cara, sacando algunos pelos que estorbaban.

—¿de qué hablas? —le respondiste. te dio un último beso y dejó que tus pies toquen el piso para empezar a ayudarte a cambiarte. agarró el corpiño de tu malla y lo pasó por tu pecho para anudarlo en tu espalda.

—la primera vez que te vi estabas rodeada de tus valijas y haciendo el check in. yo llegaba de una caminata por la ciudad y apenas te vi, me prometí que antes de que mis vacaciones terminen, iba a lograr, por lo menos, hablarte. me flechaste apenas te vi. mi intención no fue terminar teniendo sexo en el ascensor pero cuando te vi levantarte de tu reposera e irte, supe que era mi momento.

—sos algo así como... un stalker me parece —ya los dos estaban vestidos y viste que sus labios se curvaron en un puchero. negó con su cabeza mientras volvía a tocar aquel botón que tocó la primera vez para frenar el ascensor.

—¿la pasaste mal como para decir eso de mí? porque bien que te hice acabar dos veces y no parabas de gritar mi nombre... —te reíste ante la confesión del pelinegro e intentaste refutarlo.

—eso fue antes de saber que ya me tenías fichada.

—aunque hubieras sabido que te tenía fichada, hubieras terminado teniendo relaciones conmigo —el ascensor no paró en tu piso, siguió de largo y te diste vuelta para mirarlo indignada—. ¿no queres un segundo round ? —te besó antes de que la puerta se abriera y en el momento que pusiste un pie fuera del ascensor, su mano cacheteó una de tus nalgas.

—¿cuál es tu habitación? —sonrió triunfante mientras sacaba la tarjeta para abrir la puerta y entrar detrás tuyo al cuarto del hotel y seguir aquello que había empezado entre las cuatro paredes del ascensor.








segunda parte :)

one shotsWhere stories live. Discover now