Los personajes pueden variar al igual que sus personalidades.
Amor tóxico.
Es mi primera historia así que espero que sea de su agrado.
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"Cuando te veo un sentimiento me quema por dentro, siento que mis costillas se contraen hasta perforar mis pulmones y el aire abandona mi cuerpo, mis manos tiemblan y pierdo la sensatez cuando estas en mi presencia"
"Estoy perdido por tu amor que gustosamente seria tu perro guardián y aceptaría con orgullo ese puesto, solo quiero ser parte de tu destino"
"Cariño, aprieta las cuerdas que atan mi corazón hasta que pierda la consciencia si eso te complace, incluso palabras de odio me causan euforia cuando salen de tus labios"
Aquella calidez en su pecho al sentir sus mejillas enrojecerse lo regocijaba cuando cruzaba su mirada contigo, anhelando ser algo más que un simple conocido pero su vergüenza y miedo de rechazo lo empujaba a observarte con timidez a lo lejos, pero no de forma perversa, su única intención era protegerte en tu camino de vuelta a tu morada.
Otra vez olvido su tarjeta del transporte, ¿ahora como volverás a casa? - se cuestionaba preocupado Adriano mientras suspiraba con pesades al recoger la tarjeta que habías olvidado en tu mesa, al irte con rapidez sin despedirte o voltear atrás.
Típico de (T/N), apenas anuncian la hora de salida y ya estas fuera de la academia - murmuraba con una sonrisa torpe al recordar tu cabello (T/C) revolotear con la brisa del viento cuando tomabas vuelo y te esfumabas con frenetismo. Guardando la tarjeta en su bolsillo, se puso su boina beige saliendo tranquilamente de la academia para encontrarse contigo y poder devolverte tu tarjeta, pues sabia las dificultades que tendrías al extraviarla y los gastos extras qué harías.
Al ver la tarjeta en manos del rubio, saltaste emocionada y alegrada puesto que estabas asustada de haberla extraviado, tomaste las manos de Adriano con emoción mientras le agradecías y le arrebatabas la tarjeta con rapidez, para momentos después, abrazarlo y subirte al camión que pasaba casualmente. Dejando un desastre sonrojado hasta las orejas a Adriano, quien miraba con atención tu camión que se marchaba y se perdía al doblar la calle.
Adriano era un amigo cercano con quien compartías intereses en común como (T/P/F), además de gustos en música y memes, por lo que usualmente conversaban antes, durante y después de clases con frecuencia,
Aquel con el que podías compartir memes a las 3 AM y te respondería luego de unos cuantos segundos, un excelente amigo en tu opinión, pues siempre te apoyaba en lo académico y personal, brindando palabras de consuelo o determinación.
