2. Prieto

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Estúpidamente lujoso. Fue lo primero que cruza por mi mente al momento en el que mi mirada se posa en el alto techo de la espaciosa aula, fácilmente puedo decir que este cuarto es más grande que mi departamento todo pedorro. Me di cuenta de que los pizarrones eran de vidrio y tenían escrita en letras indiscretamente grandes: "BIENVENIDXS (porque somos un instituto incluyente)". Reí para mis adentros, lo último estaba de sobra, definitivamente.

Sigo apreciando el aula mientras me doy cuenta que estoy parado como un pendejo en la puerta mientras los demás estudiantes me miraban con cierta curiosidad y desdén. Nunca habían visto a alguien tan guapo, de seguro.

Espero la oportunidad para buscar un asiento vacío, donde de preferencia no estuviera en frente. Mientras que me gusta llamar la atención, odio tener que soportar los escupitajos que los profesores me daban en la cara cada vez que hablaban tan cerca de mi asiento. Experiencia de cortesía por parte de mi escuela de gobierno favorita.

Finalmente encuentro un asiento no muy lejos de la ventana. Perfecto. Asiento hacia la ventana como cualquier protagonista de anime shounen. Me acerco al lugar y cuando siento que las cosas están empezando con el pie correcto, un pendejo un poco más alto que yo (y vaya que soy alto de por sí) me empuja de manera muy grosera hacia un lado, impidiendome llegar al pupitre. Lo miro desconcertado mientras este escupe: "¿qué ves, prieto?"

Wow, ok, un poco grosero mi compita. Bueno, sí, técnicamente no está mal. Soy moreno oscuro, piel que claramente no predomina en una escuela tan blanca y elitista como CIW. ¿Un blanco siendo colorista? Sorpresa, oh sorpresa.

Sonrío amablemente mientras recojo mi mochila la cual, al haber sido sorprendido, había sido tirada al suelo sin querer.

-Ah, pero miren quién es- empiezo- no sabía que la gran CIW tenía a su propio Michelin de mascota. -unas risitas se escuchan detrás mío. Mientras veo el color desabrido del tipejo volverse un fuerte color carmesí río victorioso. Sus ojos parecían aventar miles de dagas con tan solo una mirada y claramente mi comentario le había llegado. Bueno, si íbamos a hablar de nuestro aspecto, bienvenido sea. El blanquito iba a abrir la boca cuando lo interrumpo- Escúchame, y hazlo muy bien, pendejo. Si piensas que encontraste una presa fácil, déjame decirte que te haz equivocado. Vuélveme a llamar prieto, te reto.

Personalmente no tengo nada en contra de la gente gorda, en realidad me vale un kilo de riata si lo son o no. Pero sabía que si me quedaba callado en una situación como esta, los demás usarían de excusa este encuentro para hacerme blanco de burlas. Conozco bien a este tipo de gente.

Un silencio retumba dentro de la habitación, me doy cuenta de que todos habían callado el momento en el que un hombre de mediana edad y calvo entró al salón, mirando con desaprobación la situación en la que me encuentro.

-Señor Lopez, ¿o me equivoco? -no ha dicho ni más de 5 palabras y ya me ha caído mal este hombre.- debo decirle que en esta institución no aceptamos ningun tipo de acoso ni bullying, así que déjeme advertirle que si lo veo nuevamente intimidando a un compañero tendré llevarle con la directora.

Ah, qué buen comienzo.

SERENDIPIA [boyxboy]Where stories live. Discover now