Capítulo 37. ¿Estáis juntos?

Start from the beginning
                                    

-Eh -salió también del coche a la vez que yo me dirigía deprisa a la entrada buscando las llaves en el bolso riéndome. 

Sin embargo, antes de que las encontrara, los brazos de Gavi rodearon mi cuerpo de forma brusca, dándome la vuelta y estrellándome contra la puerta de casa. 

-¿Pero tú quién te crees? -murmuró muy cerca de mi cara. 

Reí de forma suave interponiendo mis brazos entre nuestros cuerpos y después me mordí el labio inferior. 

-¿Te parece normal lo que acabas de hacer? -preguntó provocador. 

-No he hecho nada -negué rápido sin poder apartar la mirada de sus labios. 

-No pongas esa voz de niña buena conmigo, no va a funcionar -aseguró apretando sus manos sobre mi cintura. 

Sonreí orgullosa y acerqué un poco más mi cara a la suya. 

-Ferrán te está esperando... -hablé bajito. 

-Si fuera por mí puede esperar una semana entera -contestó de la misma forma. 

Acorté del todo la distancia entre nosotros, y dejé un beso muy suave sobre su mejilla,  para luego separarme despacio. 

-Deberías irte -murmuré dirigiendo la mirada a sus ojos. 

-Y tú deberías estar en mi cama -rebatió. 

Volví a sonreír y me acerqué a su otra mejilla, dejando ahí otro beso. 

-¿Esperándote? -pregunté bajito cerca de su oreja. 

-Follándome -corrigió susurrando. 

Todo mi cuerpo se revolucionó al instante de escuchar esa palabra salir por su boca, haciendo que me separara de nuevo y posara mi mirada sobre sus labios, los cuales justo se estaba humedeciendo. 

-¿Ahora no dices nada? -preguntó con superioridad. 

-No digo nada porque en vez de estar hablando preferiría estar haciéndolo -argumenté tentadora. 

-Cada vez estás haciendo más difícil que me vaya -aseguró un poco ahogado.

A eso ya no contesté, sino que me acerqué a su boca, para fundirme en ella con más ganas de las que pensaba que tenía, llevando mis manos a su nuca y acercándolo a mí con algo de fuerza, mientras él hacía lo mismo con mi cintura. 

No sé cuántas veces le había besado ya, pero cada vez que lo hacía lo único que conseguía era querer besarle más y más. 

-¿Estás segura de que quieres que vaya a ver a Ferrán? -preguntó separándose unos pocos centímetros. 

Sonreí levemente y me separé algo más. 

-Buenas noches -murmuré repasando su cara. 

Tensó la mandíbula y yo tragué grueso, mirando por última vez sus labios y humedeciendo los míos. 

Acto seguido volvió a besarme, de una forma más lenta y dulce, para después separarse y sonreír algo orgulloso. 

-Mañana no te me vas a escapar -aseguró tranquilo. 

Rodé los ojos y él dejó un beso sobre mi frente, para luego soltarme y darse la vuelta hacia el coche, desde el cual se despidió con la mano. Correspondí de la misma forma, y en cuanto se fue, me di la vuelta para entrar por fin a mi casa. 

Suspiré cruzando el pequeño jardín, y justo cuando fui a abrir la otra puerta, mi hermano la abrió de golpe. 

-Uy -se sorprendió. 

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now