Cap.10=Por el sol

Start from the beginning
                                    

Siento que sus respuestas no están mal, pero no sé por qué algo me dice que no me está contando todo como es.

Mi instinto me lo hace saber y si algo he aprendido es que debes confiar en ellos, no obstante...

Chasqueo la lengua —Honestamente no entiendo por qué la curiosidad en saber de qué chicos estoy hablando, —lo observo fijamente —es como si sintiese que estás medio celoso y por eso lo preguntas, cosa que sería demasiado rara, porque ni yo te conozco, ni tú me conoces.

—¿Celoso? —me corta —yo no estoy celoso —habla con un tono de voz bajo y desvía su rostro a un costado al mismo tiempo que da dos pasos hacia atrás —a parte, no sé de lo que estás hablando, yo no he dicho nada.

¿Eh?

Mason se da la vuelta y entra, sin mirar atrás, a la casa desapareciendo completamente de mi campo de visión.

Ahora sí, ¿Qué es lo que se supone que acabo de pasar aquí?

Fin flashback

Y esa fue la historia.

¿Ahora se entiende por qué me pregunto que él esté aquí si en la madrugada se le hizo tan fácil negarme todo e irse sin decir nada?

—¡Laura! —chilla mi jefa y dejo de ver los conjuntos de abrigos para el el frío solamente para atender su llamado.

—Sí, señora.

—¿Te gusta como se me ve esto? —se da media vuelta enseñándonos tanto a Spirit como a mí su chaqueta beige —siento que es para acompañar a mi marido cada vez que está en la empresa fingiendo trabajar. —hace una mueca de aprobación sabiendo que lo va a comprar sí o sí y yo solo le doy una mirada rápida a él quien habla con la encargada de la tienda sin prestarnos atención.

Es inútil.

Tendré que averiguar todo yo misma.

El que constantemente me tenga que dar explicaciones es un poco... Si no tengo pruebas de lo que digo, no hay nada de veracidad en el supuesto informe que voy a dar cuando me toque ir.

—Yo siento que le queda bien, señora —Spirit me codea para que le de una respuesta a nuestra jefa y sonrío asintiendo.

—Bueno, por hoy creo que llevo bastantes cosas de aquí —se quita el abrigo —Mason, deja de entretener a la empleada con tus secretos, quiero comprar mis cosas tranquila —Caroline mueve sus manos de un lado a otro —¿Por qué no te quedaste en la casa?

—¿Terminó? —el chico de ojos amarillos, ahora oscuros por los lentes de contactos, regresa al mundo al ver que nos dirigimos a él no sin antes darme una rápida mirada —¿Ya puedo ir llevando las bolsas al auto?

Mi jefa rueda sus ojos —¡Tengo que pagar primero!

—Señor, su comprobante —uno de los encargados le extiende una enorme hoja que no duda en doblar rápidamente y guardar.

—Un momento... ¿Tú también estás comprando? —pregunta ella achicando los ojos y yo solo puedo ver cómo el resto de empleados de la tienda llevan las bolsas a la camioneta que está justo en frente del local. —¿Que no era que odiabas esto junto a Antonio? ¿Y ropa de chica además?

—Espero en el auto —se da media vuelta evadiendo completamente la pregunta de mi jefa y sale al exterior para refugiarse en el carro en menos de un segundo.

Este hombre, ¿Acaso no se dará cuenta de que su forma de evitar las cosas son un poco drásticas y notorias?

—Bueno, sigamos nosotras —esta vez la señora Carolina toma las riendas de la situación y yo solo puedo dejarme arrastrar fuera del sitio.

Operación D ©Where stories live. Discover now