Cap.4=Comida

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Capítulo cuatro

Según él, acercarme a la señora de la casa iba a ser tarea fácil para mí; no obstante...

—Dicen que si hay algo que no le gusta, te corre.

—También dicen que si miras mucho al señor de la casa, te corre.

—Si tú presencia no le agrada, te corre.

Las chicas de servicio yacen hablando en el mesón de cocina mientras que comen de su almuerzo preparado por la jefa de nosotras.

—Mucho parloteo y poco comer —la señora leprince quien es la encargada de la casa cuando ella no está pone un punto y aparte a la conversación —Entiendo que les de miedo ciertas cosas de la señora de la casa, pero no voy a permitir que se pasen con lo que dicen sobre ella. También tienen que tener en cuenta que si están aquí sentadas es porque así lo solicito ella al señor Gaspar, de lo contrario, ninguna estuviese disfrutando lo que está en su plato en este momento. —las señala con el tenedor —¡Ahora a comer!

Cada una se mira entre sí dejando de hablar y de la nada siento un codazo en las costillas que me hace toser llamando un poco la atención, pero que rápidamente quitó fingiendo tomar agua por haberme atragantado.

—Disculpame, Laura —susurra Spirit con una sonrisa —no medí mi fuerza.

¡¿Que no mediste tu fuerza?!

Me dió con todo lo que tenía.

Niego levemente y la observo de reojo —¿Qué sucede? —le hablo en el mismo tono de voz que ella conmigo.

—¿Al final te da miedo o no la señora Carolina?

Me encojo de hombros mientras pincho un poco de la carne en mi plato con el tenedor —No la conozco, por lo tanto, supongo que si no veo su manera de ser no puedo decir mucho sobre ella.

—Que aburrida... —hace un puchero —al menos deberías sentir curiosidad si es tan mala.

—Sinceramente le tengo respeto, ya que no es cualquiera persona y debo agradecerle que me tiene aquí.

—Ves el mundo desde otra perspectiva... No eres fácil de influenciar.

—Nop.

—Ustedes dos, ¿Van a dejar de hablar del tema o tengo que ponerles tareas nocturnas extras? —mi jefa exige haciendo que ambas levantemos la cabeza en su dirección y asintamos pidiendo disculpas.

Mierda, si no me controlo puede que las cosas vayan mal.

Mis ojos van a mi compañera de asignación para absolutamente todo y esta solo sonríe nerviosa sin decir nada.

Spirit será una mala influencia, estoy segura.

Aunque es la única que puedo pasar en este grupo medio raro de amas de llaves, porque...

Observo las tres creídas de hace un rato estar más juntas que un moco, otras dos morenas que no se despegan y parecen estar en su mundo sin tomarle importancia al resto de personas y finalmente dos chicas rubias que no hacen más que modelar su cabello y presumir sus uñas.

Sí, definitivamente me quedo con Spirit que se nota que es la más normal entre todas.

Doy un suspiro volviendo a mi comida después del regaño y mi cuerpo se tensa automáticamente cuando noto que alguien me está viendo.

¿Ahora qué?

Levanto la vista al llevar una bocanada de arroz a mi boca y noto como mi jefa me observa atentamente sin decir nada. Sus ojos neutros hacen que me recorra un tremendo escalofrío por la espalda haciéndome tragar la comida y mi cuerpo, casi al segundo, me alerta de que estoy en peligro.

Operación D ©Where stories live. Discover now