~ℕ𝕚𝕟̃𝕠𝕤~ [Spartor][FINALIZADA]

04

Un nuevo día, un nuevo despertar, otro día más de clases dónde tenía que asistir el pequeño castaño a aprender más cosas que le gustaban, su profesora era un verdadero amor y el la quería mucho, así que le pidió a su madre de favor que le diera una manzana para que cuando llegue se la diera de regalo a la linda mujer.

Cuando llegó a la escuela, se despidió de su madre dándole un pequeño beso en la mejilla y entro a la escuela, viendo a todos los niños fuera pues aún no sonaba la campana que anunciaba el comienzo de clases.

En su camino, vio a Mirabel y Víctor hablando, estos lo saludaron con la mano y el hizo lo mismo dándoles una sonrisa, dejando que siguieran hablando, sigui caminando con rumbo a su salón hasta que un niño lo empujó y cayó al suelo, cayendo la manzana de su mano.

??: Oye, fíjate tonto, estorbaate en mi camino!

Sparta: mh..! -con miedo-

El niño era más grande que el, quizá de un año superior al suyo, quizá en último grado listo para graduarse, fuera cual fuera su grado, debía admitir que daba bastante miedo, no podía hacer nada contra el.

Sparta-: tu no te dijiste, por eso chocaste..

Dijo con miedo, tratando de defenderse.

??: Que dijiste, mocoso? -molesto-

Sparta-: dije que fue tu culpa.. -asustado-

??: No te atrevas a responderme, tonto!

A lo lejos, Gonzalo y los demás de su grupito vieron el escándalo, al reconocer a Andrésse alteró y corrió lo más rápido que pudo para ir a protegerlo, pero cuando llegó, solo vio a su primo dándole una paliza al chico mientras Andrés lloraba, se trató de acercar a él pero los niños al rededor de ellos no se lo permitían.

Raptor: Andrés..!

Sparta: -llorando asustado-

Timba: deja de llorar y levántate, no tienes porque ser tan debilucho, Andrés.. -lo levanta- vámonos.. -se van-

Sparta: -lo abraza- Gracias Rubén..!

Timba: no es nada, y no me abraces, eso es muy gay..!

Sparta: que es eso..?

Timba: uhg, eres muy pequeño para saberlo, cuando seas más grande lo sabrás..

El día siguió, pero ya no era igual a los otros, Gonzalo cuando trataba de acercarse a su pequeño novio, siempre se lo encontraba con su primo al lado, hablando, riendo,  divirtiéndose entre ellos.

Sintió como crecía un nuevo sentimiento en el y se molestaba con el chico, sentía su sangre hervir y como se mordía el labio para tratar de calmarse, pero no podía hacer nada, se sentía tonto por aquel día que lo dejó de lado y prefirió no hacer nada.

Sentía que se merecía ser ignorado, más tarde trataría de hablar con el y tratar de arreglar lo que estropeó ese día.

A la hora de salida, ambos niños estaban en la entrada de la escuela esperando a que sus papás llegarán por ello, así que Gonzalo aprovecho y se acercó a Andrés.

Raptor: hola Andrés..

Sparta: -lo mira- hola Gonzalo -sonríe- como la pasaste en tu cumpleaños?

Raptor: bien, pero no fue divertido sin ti..

Sparta: pero estuve ahí..

Raptor: si, osea, pero te fuiste temprano, no?

Sparta: si, mis papás tuvieron que salir a cosas importantes y me dejaron con mi abuela, no querían darle problemas a tus papás

Raptor: te extrañe mucho -sonríe y lo abraza-

Sparta: -rie- tonto, yo también te extrañe jeje

Ambos se abrazaron, el pequeño no quería separarse, le gustaba el calor del pelirrojo, era un calor tan dulce y lindo que le encantaba sentir siempre, era su lugar favorito sin dudas, pero todo comienzo tiene un final, y se tuvieron que separar debido a que los padres del menor habían llegado por el, y la abuela del pelirrojo llegó por el y su primo.

Ambos se separaron y el pelirrojo beso las mejillas del pequeño, sonrió y el pequeño hizo lo mismo, se despidieron dándose unos pequeños besos más y cada uno tomo tu camino a dónde estaban sus parientes, el pequeño se fue con sus padres y el mayor con su abuela y primo.

Era algo mágico, el pequeño sentía mariposas en el estómago de nuevo, sonreía como tonto al sentirse querido por el pelirrojo de nuevo, no quería que esa sensación terminará jamás, le gustaba sentirse de ese modo.

Paso una semana y ambos niños volvieron a ser lo que eran antes, no se separaban el uno del otro, se comportaban como pareja y se divertían con sus amigos, esta vez Rubén se había unido a la diversión con todos sus amigos, invitando también a parte de los suyos, que eran dos chicos algo mayores al igual que el.

Timba: entonces que haremos cuando salgamos?, Yo quiero ir a casa, Gonzalo..

Raptor: ya te dije que queremos ir a ver una película, pídele permiso a la abuela..!

Mondongo: ustedes en el cine? -rie- váyanse a ver Barney, bebitos, no nos dan permiso a nosotros, menos a unos bebés como ustedes, sin supervisión, no irán a ningún lado!

Victor: no nos digas así..!

Mongondo: y porque no?, Bebito?

Timba: no comencemos a pelear por favor, Mondongo, sabes que no les gusta que les digas así..

Mondongo: lo sé, pero me da risa verlos enojarse jeje

Timba: en fin, Mondongo tiene razón, no podrán ir sin permiso de sus padre y mucho menos si no van acompañados de un adulto, son demasiado pequeños..

Raptor: eres un mentiroso, si podemos ir!

Trolli: no podemos, el tienes razón, somos muy pequeños, eso dijo mi papá cuando le dije si podía ir solo al parque..

Mike: entonces no podemos ir al cine?

Timba: no si no va un adulto..

Sparta: Rubén, y si le pedimos a tu abuelita que venga?

Timba: no, mi abuela me la dejan tranquila, tiene que descansar..

Rius: cierto, ya está viejita y debe descansar

Raptor: la abuela no está vieja, aún se mueve bien y hace cosas fácilmente!

Timba: tch, no la conoces como yo, tonto.. -serio-

Sparta: bueno, y quién puede venir con nosotros?

Los niños estuvieron debatiendo en que qué papá iría con ellos al cine, mientras que en el transcurso los más grandes les decían que primero pidieran el permiso antes de organizarse, y saber si esa persona podría llevar a todos y cuidar de ellos.

Los niños al final no lograron organizarse para su salida al cine, pero todos se pusieron de acuerdo en ir a casa de Gonzalo a ver películas en su televisor, una semana después de lo sucedido, todos ya con el permiso de sus padres, fueron a casa de Gonzalo y disfrutaron de un buen maratón de películas, Gonzalo y Andrés de vez en cuando se abrazaban y daban besos tiernos e inocentes el uno al otro.