- Ahora es algo imposible pero al menos la reina nos hace sentir que nuestra situación económica no nos define como personas y podemos soñar en grande – comenta, la volteo a ver y está guardando un frasco – Yo aún sueño con viajar por el mundo, y estoy cerca de juntar el dinero que tenía planificado

- Me alegro por ti – aseguro mientras ella camina hacia mi arreglando su larga y lisa cabellera roja al igual que su bata que tienen el mismo tono – Sé que lograrás viajar a dónde desees Scarlett

Ella sonríe antes de acercarse a mis labios besándome con pasión. Conocí a Scarlett Hansley cuando yo tenía 21 y ella 20. Cómo una de las obligaciones de mi título me tocó formar parte del ejercito un tiempo, donde tuve varios amigos quienes me empezaron a llevar a diferentes burdeles y empecé una vida de mujeriego, no lo niego, me encantan las mujeres.

Luego un par de años en mis aventuras, di con el burdel de la señora Dahlia Haz, quien lleva mucho tiempo en esta profesión y se distingue por ser una mujer que no fuerza a otras a trabajar como prostitutas, ella dice que debe ser decisión propia de las jóvenes. Antes de contratarlas les advierte de los riesgos de este oficio tratando de hacer que busquen otras opciones pero cuando aun así aceptan, las recibe con cariño y siempre cuida a todas las chicas como si fueran sus hijas.

Esta actitud de ella me agradó ya que siempre he odiado y denunciado los lugares donde las jóvenes son obligadas, por suerte muchas de las víctimas han logrado avanzar con sus vidas siendo libres.

En cuanto conocí a Scarlett, me encantó, incluso creí que llegué a enamorarme de ella pero con el paso del tiempo me di cuenta que lo que realmente sentía era deseo y pasión. Ella desde el inicio dejó claro que no sentía nada por mí y que solo me veía como un cliente más pero al final pudimos tener cierta amistad entre los dos...bueno, amistad con beneficios.

- Scarlett debo irme – digo separándome un poco de sus labios

- Ya te dejo libre – dice alejándose

Caminamos hasta la puerta la cual ella abre, me coloco la capucha de mi capa y ambos nos recostamos en el marco mientras le pago lo que corresponde y un extra como siempre. Creo una rosa roja la cual le entrego haciéndola sonreír.

- He conocido varios hombres mujeriegos y varios caballerosos pero jamás creí ver ambas características en un solo hombre...- comenta y me ve – Aun no entiendo que haces viniendo aquí Zander, eres un buen hombre que merece estar con la mujer que ames y que sea digna de ti

- Tú eres digna – respondo

- Eso ya lo sé – responde con orgullo – Pero no me amas y yo no a ti, sabemos que tarde o temprano esto se va a volver aburrido para ambos, habrá un momento en que lo físico se vuelva tedioso y deseemos algo sentimental

- Lo sé – respondo desviando la mirada a otro punto del lugar

- Estas viejo para no conocer el amor – me molesta haciéndome reír - ¿Enserio no hay una mujer por la que sientas algo fuerte o al menos te atraiga de una manera diferente? – pregunta curiosa

Miro directamente sus ojos color ámbar y veo a otro lado pensando en su pregunta, como respuesta aparece la imagen de una mujer que conozco muy bien, por la cual no había sentido nada más que amistad hasta que hace un tiempo, eso cambió. Un sentimiento el cual ignoro e intento olvidar porque el quererla como la quiero es algo que está mal y no debería ni siquiera pensar en ello.

- Claro que hay alguien – dice Scarlett con sonrisa pícara – Oye ¿Por eso te gusto? ¿Acaso me parezco a ella? ¿No me digas que imaginas que yo soy ella?...Bueno no me extrañaría me han dicho tantos nombres en este trabajo – cuenta

Los Cuatro Reinos - Magie & Love #3 (Secuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora