Sin pensarlo, tomando al animal en brazos, acaricio bajo el mentón a la criatura.

Al verlo temblar, abrió su saco y lo acuno dentro de este.

En el camino noto el collar que rodeaba el cuello del pequeño, pero no llego a leer la placa en la oscuridad.

Durante el camino, Freen noto el olor del animal, a pesar del hedor de la suciedad y la basura que lo cubría.

Era dulcemente agradable, como su duce favorito de niña, como una linda tarde en el parque, comiendo manzanas acarameladas con su familia.

Llegando al complejo donde vivía, entro rápidamente, mirando hacia todos los ángulos por si alguien la veía, ya que en el lugar no se permiten animales.

Entro y cerro a puerta de su apartamento con un suspiro de alivio, no se había encontrado a nadie.

El corte se había ido, así que fue encendiendo las luces del departamento conforme avanzaba.

Su hogar se conformaba de dos cómodos ambientes, primero, el comedor-cocina, y luego de pasar una puerta estaba su dormitorio, donde pilas de libros adornaban tanto el escritorio como el rincón junto a este.

Mirando al animal en sus brazos, y viendo cómo la mugre hacia su pelaje blanco amarronado, lo despertó, llevándolo al baño.

-Bien perrito- le dijo, en tono maternal-, hay que darse un baño para quitarte toda esa mugre, primero vamos a sacarte el collar para que no se moje ...- Freen rebusco una forma para quitarlo, pero vio que tenía una especie de candado con contraseña numérica y suspiro. ¿Qué clase de loco protegería a un perrito con contraseña?

-Bien, parece que vamos a bañarnos con collar, amiguito- dijo, en tono de derrota.

Coloco el tapón en la bañera, abriendo el agua caliente y luego regulando el agua fría hasta lograr la temperatura que quería, llenando apenas unos diez centímetros, cerró el agua para meter al animal en ella.

Lavó suavemente el pelaje del cachorro, cuando ya estuvo limpio, unto un poco de shampoo para pasarle por su cuerpecito.

El cachorro blanco permaneció totalmente tranquilo durante todo su baño, dejando que Freen lo lave sin moverse ni un poco.

Cuando Freen termino de secarlo, lo volvió a tomar en sus brazos para llevarlo hacia la cama, donde abrió las sabanas para acomodarlo en ella y luego taparlo cariñosamente.

Ella no usaba mucho la calefacción, por lo que su cuarto estaba bastante frio, en cambio, gastaba en frazadas gruesas para abrigarse, ya que le parecía mucho más económico que gastar en cuentas de gas.

Una vez dejado al cachorro tapado, se desvistió cómodamente, dejando sus prendas en la bolsa que tenía apartada para el lavadero.

Como hacía todos los días, se dirigió desnuda hacía el baño.

El pequeño lloriqueo del cachorro la hizo voltear, desde el umbral de la puerta del baño, vio hacia su cama.

Unos ojitos marrones brillaban, apenas asomados sobre las sabanas, unas orejas se erguían atentamente.

Freen lo miro tiernamente desde donde estaba.

-Quédate ahí, cachorro, Mami ya vuelve- dijo antes de entrar al baño para ducharse.

En la ducha, Freen se dedico a pensar qué iba a hacer con el cachorro, por más que su corazón quería quedarse con él, si tenía un collar era porque debía tener un dueño, y que debía ser extrañado.

Decidió que lo devolvería, pero no iba salir pasada las ocho de la noche para preguntar por si alguien había perdido un perrito.

Pensó que, en verdad, no se había dado cuenta cuándo su loba interior se volvió a ir, y no pudo ubicar el momento exacto.

Aunque aún podía sentirla, tranquila en su pecho, era algo leve, pero más fuerte qie la monotonía con la que vivía día a día.

Se secó rápidamente, luego dejo la toalla en el gancho del baño y salió de este de la misma manera que había entrado, tal como hacía todos los días.

Se dirigió automáticamente hacia su guardarropa, junto a la puerta de baño y de espaldas a la cama, colocándose sus pantis y una remera grande se dispuso a dormir.

Pero al voltear y ver hacia la cama, el cachorro ya no estaba.

En su lugar, una chica de cabello castaño cálido dormía en posición fetal abrazando las sabanas.

La sorpresa fue tal que Freen retrocedió, tropezando con sus pies, calló al suelo duramente. El ruido hizo que la chica dormida se despertara, para ver a Freen con una mueca de dolor mientras se frotaba el trasero.

 El ruido hizo que la chica dormida se despertara, para ver a Freen con una mueca de dolor mientras se frotaba el trasero

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DELTA || FreenbeckyWhere stories live. Discover now