-Eso habría que verlo -sonrió irónico Pedri.
Rodé los ojos y dirigí la mirada hacia él.
-Luego si quieres te presento a ti también con honores -bromeé.
-No hace falta, tranquila -miró hacia otro lado.
Entonces sí que me quedé sin saber qué decir, y todavía más cuando se levantó para irse.
-¿A dónde vas? -lo seguí con la mirada.
-A poner el móvil a cargar, sigue con tu discurso, no te preocupes -le quitó importancia.
¿Pero se podía saber qué era lo que les pasaba a todos?
Que Gavi estuviera raro, pues bueno, aún. ¿Pero Pedri?
-Perdona, siéntate, ahora vuelvo -me giré hacia David, a lo que asintió sin problema e hizo caso.
Acto seguido me dirigí hacia el comedor, por donde había entrado Pedri y para ir a la cocina.
-¿Qué te pasa? -lo miré seria al llegar detrás de él.
-¿A mí? Nada -negó rápido y abrió la nevera.
-Venga, Pedri -me posicioné al lado.
-¿Qué? -me miró serio.
Tensé la mandíbula y me crucé de brazos.
-¿Has discutido con Gavi? ¿Por eso estáis así los dos? ¿Qué ha pasado? -ideé entonces.
-¿Qué dices? -cerró la nevera sacando una botella de agua, mirándome raro.
-Pues no lo sé, si no me dices qué es lo que ha pasando, cómo quieres que lo sepa -me acerqué a la encimera junto a él.
Negó con la cabeza y se giró para mirarme.
-¿En serio? -clavó sus ojos en los míos.
-¿En serio qué, Pedro? ¿Qué? -insistí.
-Mira, sé que Gavi no lo ha hecho siempre bien, y que tú eres una chica que merece mucho más que eso -habló algo más calmado, o al menos eso parecía-. Pero que venga tu ex a una fiesta que ha organizado él, está feo -aseguró después.
Ahí sí que no entendí nada. ¿Qué ex? ¿Qué decía?
-Pedri, pero qué dices -lo miré extremadamente confusa.
-Si quieres a Gavi aunque solo sea un poquito, pídele a ese chico que se vaya -soltó entonces.
-¿A qué chico? -alcé las manos, y entonces fue cuando me di cuenta-. ¿A David?
-Como se llame, no me importa -rechazó rápido.
Mi respuesta a eso fue pasarme por la cara las manos, sin creerme lo que estaba sucediendo.
-Vamos a ver cómo digo esto sin que suene mal, pero, ¿Vosotros sois tontos? -alcé las cejas.
Él se quedó mirándome y yo lo imité.
-Ni siquiera me habéis dejado presentároslo, de dónde habéis sacado que...
-Ni queremos que lo hagas. Que se vaya -me interrumpió y se dirigió hacia la nevera para guardar el agua.
-Pedro González -se la cerré de golpe-. Ese chico que hay ahí fuera no se va a ir a ningún lado.
Dirigió la mirada hacia mí serio.
-Te recuerdo que es mi casa -soltó entonces.
-Y ese es mi hermano -lo miré tensa.
Si mis caras eran todo un poema al tratarse de expresiones, la de Pedri en ese momento no fue para menos. Expresaba entre enfado, confusión e incredulidad, mientras intentaba seguir agarrando la botella de agua para que no se le cayera al suelo de golpe.
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Olas de intensidad
FanfictionA veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo eso es lo que ocurre con Valentina y Gavi: el principio no es lo más agradable, pero sí lo son las coincidencias de después, cuando ella ter...
Capítulo 33. Dame un beso.
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