Game Over ─ |- Rayito x BNHA

9. Confusion

Y es cuando ya no está, el silencio se hace entre Midoriya Izuku y tú. 

Ninguno parecía saber por dónde empezar, había demasiado que hablar. 

— Oí que tu pelea fue dura también — murmura él por lo bajo. Y no puedes evitar reír un poco. 

Dura no sería precisamente tu forma de describir la pelea. 

Porque en sí, tu estado deplorable no era culpa de la pelea. 

Era culpa del idiota de Park. 

— Supongo que Bakugo también es un dolor en el trasero para ti. 

Contrario a lo que esperabas, Izuku se apresura a negar tu suposición con más energía de la necesaria. 

— Entiendo que esté sorprendido, después de todo, la última vez que nos vimos yo no tenía un do- — en cuestión de segundos, su rostro se vuelve pálido al revelar información clave, y mientras tú lo observas haciéndose un embrollo de murmullos, te acercas a su camilla. 

Intentaba corregirse con todas sus fuerzas, y mientras lo observabas, no podías evitar pensar que delatarse así había sido algo tonto. 

Te hacía pensar que se sentía tan cómodo a tu lado que bajaba la guardia. 

— Está bien — cuando tu retaguardia tocó el blando colchón, suspiraste de alivio. Estar parado era otra tortura más. Su expresión confundida realmente te hacía el día; muy homosexual de tu parte, pero a pesar de que fuese un saco de músculos brutalmente definidos, su adorable cara no le daba mucha credibilidad—. Sé que eres el sucesor de All Might. 

Los hombros de Midoriya, en contra de mantenerse tranquilos, se tensan aún más.

Esperabas que comprendiera que no tenías idea de cómo abordar el tema apropiadamente, y que sería mejor si esperaban a tu maestro. 

Sin saber mucho qué hacer al respecto, decides poner ambas manos sobre sus hombros para intentar bajarlos, pero para tu sorpresa, eran más duros de lo que esperabas. El rostro de Izuku comenzó a colorearse cuando comenzaste a deslizar tus manos por su cuello, buscando detallar sus músculos marcados. 

— Impresionante — murmuras auténticamente asombrado por la rigidez de su cuerpo. Bajaste lentamente tus manos por sus hombros, y acariciaste sus antebrazos, sintiendo bajo tus dedos la textura trabajada de sus tríceps. Su torso estaba cubierto por su traje verde menta, casi destruído, lleno de vendas y quemaduras superficiales. 

Una de ellas se veía realmente dolorosa, abarcaba casi toda su mejilla. Como si fuera una reacción ante su dolor, tu mano derecha comienza a helarse, y la guías a su rostro en busca de calmar su agonía. Su piel ardía en donde tocabas. 

— Ah… — el suspiro placentero de Izuku te hace consciente de lo que hacías, y rápidamente tu cara se vuelve tan roja que temías un sobrecalentamiento ahí mismo. Te alejas de un salto de él, y él también se cobra consciente cuando lo haces. 

— ¡Perdón, yo-! ¡Yo no quería-! 

«Trágame tierra y asfixiame» estabas casi por llorar de los nervios, el labio inferior te temblaba y te sentías incapaz de mantenerle la mirada después de haberlo manoseado de una manera tan descarada; cuando te das cuenta de que el peliverde no decía nada, comienzas a preocuparte en serio por su estado, y no podías parar de preguntarte si ahora te odiaba; infantil y lo que sea, pero temías que ya no quisiera ser tu amigo. 

No obstante, parecía demasiado ensimismado como para responderte en ese momento, rojo hasta las orejas, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Eso, sumado al cabello verde, lo hacía asemejarse a niveles extraordinarios a un tomate maduro.