capitulo 74 ( un nuevo antojo de Becky)

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—Becky...— Freen movió levemente el brazo de la castaña quien abrió los ojos—.Te traje lo que me pediste

Becky se sentó y Freen le acercó la bandeja, de inmediato la castaña bebió de su malteada y probó las sardinas.

—Ya no quiero sardinas—dijo y Freen la miró

—Pero si tú me las pediste, Bec—trató de hablarle en un tono adecuado—.Solo le comiste una cucharada

—Sí, pero ya no quiero. Solo quiero mi malteada—dijo bebiendo su malteada hasta el ultimo sorbo—.Amor, en la nevera donde ponemos las frutas y verduras hay un trozo de sandia, ¿me puedes traer un poco?

Freen sintió sus músculos tensarse y suspiró ondo. Tomó la bandeja y salió de la habitación

—Respira... Cálmate Freen, es tu bebé quien pide los antojos—iba murmurando mientras bajaba por las escaleras

Cortó un pedazo pequeño de sandia, recordó que su madre siempre decía que comer una gran porción de sandia por la noche podía caer mal al estomago, fuera cierto o no, Freen decidió llevarle un poco a Becky.
Al entrar a la habitación vió a la castaña salir del baño que estaba en su habitación.

—Me fui a lavar los dientes porque se me quedó el olor a sardina en la boca—explicó y Freen asintió entregándole lo que le había pedido—.Gracias mi amor...—besó la mejilla Freen y llevó el trozo de sandia a su boca

Por el otro lado Freen decidió quitarse la ropa que se había puesto y volver a ponerse su pijama. Estaba muerta del sueño, y lo único que quería en esos momentos era dormir de nuevo. Se metió a las sabanas y volver a conciliar su sueño.

—Amor...—escuchó la voz de Becky y ella rodó los ojos

—Ya no Bec, déjame dormir por favor...—rogó mientras se acomodaba en su almohada

—Te iba a decir que descanses y gracias por complacerme—dijo Becky abrazando a freen y depositar un beso en su mejilla

Becky ya no recibió ninguna respuesta de Freen, pues se había quedado dormida. La castaña sonrió al verla dormir.

—Te amo mi amor...

****

—Entonces ¿desvelaste a freen?— Yuri le preguntó a la castaña mientras subían las escaleras de la casa 

—Sí. Me arrepiento mucho porque en la mañana iba con mucho sueño al trabajo y al parecer tenía junta a primera hora—la castaña le sentía culpable por la situación

—Bueno, yo creo que freen comprende tu situación, ¿no crees?—Becky se encogió de hombros

Llegaron hacia donde estaban las habitacion  de la bebe. Becky había invitado a Yuri a la casa para que le ayudará acomodar la ropa de su bebé en las cajoneras y de paso enseñarle la nueva habitación de su bebé.

—Quizá... Pero ¿estás lista para ver la habitación de mi bebé?—la Polinesia asintió emocionada y Becky abrió la puerta de la habitación para que pudieran entrar

Yuri quedó asombrada al ver la habitación de la hija de su amiga. Era una alcoba preciosa y amplia, los muebles blancos y cada detalle combinaban a la perfección y hacia lucir aún más elegante la habitación.

—Wow... Es más grande que mi habitación—comentó mientras iba entrando y ver cada cosa—Y estoy hablando enserio—eso último hizo que Becky soltara una risita—. Freen y tú ya que están más que listas

—freen es la que quiere tener ya todo preparado para cuando nazca Rebecca— Yuri se volteó a mirar a la castaña quien le sonrió y se encogió de hombros. inmediatamente Yuri se acercó abrazar a su amiga

—¿Cuándo se decidieron por el nombre?

—Justamente ayer... De hecho se llamará  así Rebecca Sarocha Armstrong —Becky acarició su panza y Yuri sonrió aún más

Después del emotivo momento, las chicas comenzaron a doblar y después acomodar la diminuta ropa en las cajoneras. Cuando estaban apunto de terminar llegó la pequeña Sam en la escuela, la niña  educadamente se ofreció ayudarle a su madre y a su tía Yuri como ella suele llamarle. Literalmente la Polinesia había pasado todo el día en casa de Becky hasta que llegó Nam por ella.

****

—¡Mamá!— Sam corrió hacía Freen al verla entrando a la casa

—¡Hola hija!— Freen  dejó caer al suelo su maletín de vinil para cargar a su hija y abrazarla, la  pequeña Sam enrolló sus pequeñas piernas al rededor de la cintura y abrazar el cuello de su madre—.¿Cómo está la niña más guapa?

—Bien mamá— Freen le dió varios besos a la mejilla de su hija—.¿Y tú, cómo estás mamá?— la pequeña preguntó mientras su madre la bajaba

—A pues yo estoy muy feliz porque ya estoy aquí con ustedes—respondió mientras la volvía abrazar

—Yo también estoy feliz porque estés en casa. ¿Que crees má? Tía Yuri vino ayudarle a mamá a componer la ropa de mi hermanita y yo les ayudé—habló orgullosa

—Que bueno que les ayudaste. ¿Dónde está tu mami?

—Arriba—respondió y Free asintió

—Iré avisarle que ya llegué— la niña asintió y Free comenzó a subir las escaleras

—¡Oye mamá!— la niña le gritó a su madre mientras subía—¿ahorita podemos jugar tú y yo en el jardín?

—Claro hija, solo deja que me cambir y bajo para que juguemos, mientras juega con Jack

la niña asintió, tomó su balón de fútbol que estaba en la sala y junto a su perro salió hacia al jardín para jugar.
Freen subió, y al entrar a la habitación vió a Becky recostada en la cama leyendo un libro.

—Hola amor—saludó Becky y dejó a un lado su libro—.No te quedes ahí viéndome, ven aquí—palmeó el colchón al ver a su ojinegra recargada sobre el borde de la puerta

Freen sonrió cerró la puerta y fue a recostarse junto a ella no sin antes darle un beso tierno en labios. La ojinegra subió un poco el suéter de la castaña y dejó un poco descubierta la pancita de Becky depositó un beso sobre esta y volvió a besar los labios de la morena.

—¿Tiene mucho que llegaste?—preguntó Becky después del beso y Freen negó

—No, recién llego—respondió

Esta vez Becky tomó el rostro de Freen para volver a juntar sus labios nuevamente pero esta vez de una forma apasionada, mientras se seguían besando la castaña comenzó a desabrochar el saco que freen que llevaba puesto, Becky comenzó a bajar sus besos sobre el cuello de Freen quien tenía los ojos cerrados al sentir el placer que le hacia sentir Becky. Freen le pidió que parara lo que hacía pero fue ignorada por la castaña quien ya le había quitado su saco y lo había arrojado al suelo.

—Mi vida... Detente—volvió a pedir

—No me voy detener

—Amor, le dije a la niña que jugaría con ella y en cualquier momento puede subir y nos puede ver

Becky dejó de hacer lo que estaba haciendo y miró a Free

—Tienes razón... Puede entrar—besó cortamente los labios de Freen—.¿Crees que podremos posponerlo para en la noche?—preguntó en tono coqueto

—Por supuesto y haremos lo que tú quieras— Freen abrazó a la castaña y depositó un beso sobre su sien

A promise is a promiseWhere stories live. Discover now