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Historia VII

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—Te odio! Te odio con todas mis fuerzas!—dijo un delgado rubio abandonado la habitación con lagrimas en los ojos y los puños apretados a sus lados.

Armin había tenido suficiente, al principio no creyó en los rumores ni en los comentarios de sus amigos, pero ahora estaba totalmente convencido y decepcionado de la chica a quien había estado enamorado. Annie alejó un poco a Bertholt del abrazo pasional.

El rubio caminaba por los pasillos a la vista de todos sus compañeros de promoción, Eren vociferó su nombre pero él solo pasó de largo y no le hizo caso, dejando al castaño muy confundido.

Tiempo pasó. Llegaron al castillo, un castillo muy grande, con un estado deteriorado, presenta seis torres que tiene en sus esquinas y costados. En el interior parece haber un aljibe, y a su alrededor entradas a diferentes habitaciones, tomaron cada uno lugar en sus habitaciones individualmente designadas. En la tarde llegó una carta desde Sina para Armin, al leerla el rubio encontró una disculpa escrita, era Annie, pero jamás referida a la situación sino a algo más, y no solo eso si no que al final de la carta decía que muy pronto se verían de nuevo. El rubio dejó la carta y salió del castillo en la noche, llendo al bosque a despejar su mente y tomar aire fresco.

Caminó tranquilamente hasta un claro. Sentándose en una gran piedra las lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos y cayeron por su mejilla.
Trato de aguantar sus sollozos pero fue imposible, no quería sentirse así, no quería llorar quería ser fuerte y mantener la calma pero no pudo, se abrazó a sus rodillas poniendo su mentón en una de ellas.

Por qué mis lagrimas no dejan de salir... qué hice mal..??... qué hice mal?..

Armin finalmente desbordó en llanto, escondió su cabeza en si y repetía esa frase para él mismo. Levantó la mirada hacia la luna, mirándola con tanto dolor en su corazón que pidió un deseo: Haz que este dolor desaparezca... porfavor...no quiero sentir este dolor nunca más, porfavor no quiero sufrir más, haz que desaparezca..

Unas nubes cubrieron la luna y por un momento todo se tornó obscuro, no dejando ver la mínima cosa. Armin sintió un poco de miedo pues jamás había salido de noche pero rápidamente las nubes se fueron y la luna volvió a brillar, ahora mucho más que antes. Armin la miró sorprendido, cómo podía la luna brillar tanto después de eso. Mientras pensaba se levantó rápidamente, limpió sus lagrimas y puso su mano derecha en su corazón apretando su puño prometiendose jamás confiar en alguien de nuevo, él era una persona lógica, dejándose llevar solo por su cabeza ya nunca más por su corazón. Terminando la reflexión calló de rodillas y comenzó a llorar de nuevo, sería esa persona sin sentimientos después de llorar un poco más.

—Deberías dejar de hacer eso lloras bien feo— Comentó alguien por alguna parte y Armin se alteró comenzando a mirar para todos lados.

—¿Eh?...—pudo decir con el mínimo de voz que le quedaba, su garganta aún tenía un nudo y no podía hablar.

—Ya ni tranquilo se puede estar en este lugar.—

—Lo siento, ya me-me voy—el rubio limpió su cara con un pañuelo que tenía en su bolsillo, se levantó y caminó de nuevo por donde había venido, pero en unos pasos escucho de nuevo esa voz:

—¿Porqué llorabas?—preguntó la voz.

—Nada importante.—respondió el rubio parando.

—Si llorabas es algo importante. Cuando alguien llora es porque importa y mucho. —dijo esa voz mucho más seria.

—Bueno...es un poco complicado de entender yo...¡QUE TE IMPORTA!—exclamó con un pequeño rubor en sus mejillas, ¿En serio tenía que compartir sus problemas personales privados con esta persona?.

—Vamos puedes decirme —

—Claro que no, no sé ni qué eres—mencionó sonrojado.

—Esta bien, como digas —respondió la persona con una capa y se la quitó—Perdona si te incomodé.

Armin se había quedado mirando lo bella que era la chica delante de él, es tan linda ...tan linda... Pensó para él mientras le clavaba la mirada a la chica.

—....—

—Emm...¿Hola?—preguntó la chica moviendo si mano de un lado al otro en frente de la cara del rubio. —Estas bien?.

—SI! Sólo....yo sólo...olvidalo ¿tu quién eres?.—

—oh...mi nombre es _______ ¿y el tuyo?—

—Mi nombre es Armin...yo...estaba por aquí ...sólo quería desahogarme, lo siento si te moleste.—

—No te preocupes yo suelo venir por aquí, lamento si te incomode, normalmente nadie llega hasta este lugar, es un muy alejado y me sorprendió verte aquí —dijo gentilmente la chica.

—E-Esta bien , creo que ya debo irme, oscureció y mis amigos deben estar preocupados.—Armin se despidió pero al darse vuelta se dió cuenta que el camino por donde había venido ya no se notaba.

—Creo que vas a necesitar ayuda—dijo la c/p y se rió un poco.

Luego de caminar un poco charlando sobre la situación de el momento en que se conocieron, Armin se sintió muy en confianza con ella, llegaron a las inmediaciones del castillo y se despidieron pero Armin le preguntó si se verían de nuevo para charlar y ella aceptó. El poco tiempo que compartieron se llegaron a conocer un poco mejor, llegando a acercarse un poquito cada día, pero luego ya no pudieron verse más Armin era un soldado y ella una civil.
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Tiempo después.
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Los integrantes que quedaban de la legión de reconocimiento estaban preparados para atacar a Eren, quién había activado el retumbar y estaba listo para destruirlo todo, a último momento estando listos para atacar un soldado llegó y dijo a los últimos soldados que quedaban que unos soldados estaban listos para unirse a ellos y luchar. Al llegar estos soldados al lugar Armin abrió los ojos como platos, notando que entre ellos había una persona muy conocida para él.
El soldado se acercó a él y ya estando en frente quitó su capucha.

—Hemos llegado para ayudar...Mi comandante...—le dijo sonriendo.

—_______...
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Fin.