9. Plenilunio

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McKenzie entro su casa cerrando la puerta detrás de ella recargándose de espalda sobre esta, cerro lo ojos y dejo salir todo el aire de sus pulmones en un pesado suspiro. Después de unos segundos el silencio presente en la habitación se esfumo al escucharse un grito de frustración seguido del sonido de un cristal rompiéndose. Al escucharlo, la chica se irguió en su lugar escuchando nuevamente como algo era estrellado contra una pared y se hacía pedazos.

Sin pensarlo dos veces camino hacia la puerta del sótano, que era de donde provenían los ruidos, pero metros antes de llegar a esta una voz la detuvo haciéndola girarse sobre sus talones hacia donde provenía.


- Yo no bajaría si fuera tú - hablo el pelinegro sin expresión alguna en el rostro mientras salía de la concina

- ¿Qué sucedió? - Sam respiro profundo y se encogió de hombros

- Lo único que sé es que Derek tuvo algo que ver - comento el chico esperando que McKenzie supiera algo sobre su comportamiento, aunque lo dudaba los dos hermanos no eran muy unidos como el había creído toda su vida

- ¿Ha estado así desde que llego? - pregunto incrédula sin poder explicarse el porqué de su reacción, y preguntarse qué es lo que esconde sobre su relación con Derek ya que él era una de las principales razones por la que se habían mudado a Beacon Hills

- Si, lo que se me hace extraño ya que no es de las personas que se alteran fácilmente - comento el chico extrañado ante la actitud de Cooper, el cual jamás se había comportado de esa manera, ni siquiera en los momentos donde todos perdían la calma, el siempre parecía estar relajado y con un plan en mente

- Tú no lo conoces - comento la rubia mirando la puerta que llevaba al sótano

- Si, tienes razón, no lo conozco - aseguro Sam con un cierto tono de decepción en sus palabras. Cooper había sido como un hermano para él, y creía conocerlo como a nadie. Y hasta antes de su invitación para visitarlos y poder quedarse en su casa había creído en él.


El pelinegro dio media vuelta y se encamino hacia las escaleras en silencio, pero antes de llegar a su tercer escalón McKenzie fue quien lo detuvo al escucharlo marcharse.


- Sam - el chico se giró y la miro sin pronunciar palabra

- ¿Dónde estuviste? - pregunto intrigada al darse cuenta de que no había visto al chico ni una sola vez en toda la noche desde que salieron de casa de Allison

- Estuve afuera vigilando las puertas, pero no sirvió de mucho - contesto sin importancia al intentar ocultar la decepción en su voz al cerciorarse gracias a esa pregunta que la confianza que creía que la chica le tenia se había esfumado o estaba a punto de hacerlo ya que era más que obvio que ella desconfiaba de el

- Buenas noches McK - dijo antes de darse media vuelta y seguir su camino

- Lo siento - hablo McKenzie haciéndolo detener su paso

- No debí culparte, es solo que... - intento explicar pero fue interrumpida

- Son tus amigos, lo entiendo - dijo el chico terminando su frase al mismo tiempo que se giraba para mirarla con una expresión inerte

- También confió en ti te conozco de toda la vida, pero hay algo en ellos ¿Jamás has sentido que puedes confiar completamente en alguien? ¿Qué puedes contarle cualquier cosa no importa lo que sea porque sabes que jamás van a traicionarte? - pregunto esperando que el pudiera entenderla, que pudiera comprender, al igual que ella lo había hecho que lo que les habían enseñado toda su vida estaba mal, que un hombre lobo no es un animal que debes cazar, que puedes confiar, y que para hacer las cosas, en ocasiones necesitas ayuda. Ayuda que jamás pensaste que pedirías.

Renasci [Stiles Stilinski] [Teen Wolf] [Book #2]Where stories live. Discover now