16. ¿Esperanza?

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Disclosure --- Latch ft. Sam Smith.

Santiago.

El silencio en el que estamos envueltos, es reconfortante para mi alma.

Y es que nunca antes había experimentado una sensación tan maravillosa, ya que en estos últimos años los pensamientos negativos aparecían a diestra y siniestra, agobiándome al por mayor y hasta podría jurar que me volvería loco en cualquier segundo.

Pero, todo cambió desde el momento en que Jimena entró a mi vida.

«Debes tener en cuenta, la manera en que se conocieron». Eso lo tengo claro, y es algo de lo cual no me siento orgulloso. Si bien no tuve la culpa, a fin de cuentas fui cómplice de lo sucedido.

Por ese motivo, desde el instante en que la vi no pude quedarme con los brazos cruzados y quise hacer algo al respecto, a fin de resarcir los daños.

Sé que ante los demás puedo parecer un idiota, pues cometo los mismos errores. A pesar de ello, sé que la única recompensa que obtengo (con todo esto) es su bonita sonrisa, algo que es genuino en comparación a las que he recibido a lo largo de mi vida.

Y es que, a pesar de que no hemos llegado a segunda base, el simple hecho de tenerla entre mis brazos y quedarme dormido al compás de su respiración, es uno de los mayores placeres que he disfrutado con cada fibra de mi ser.

No obstante, puedo decir con exactitud que ella quiere pasar de nivel; sin embargo, no quiero aprovecharme de su vulnerabilidad y convertirme en esos monstruos que pagan por ella.

«Niño, ¿Cómo te explicas que estás con ella en estos momentos?». Claro, admito que no me siento nada contento al hacer rico a ese imbécil, aunque no mentiré que no me siento culpable por "pagar por sus servicios" dado que es la única manera en la cual podemos pasar tiempo de calidad, en donde puedo ofrecerle darle un poco de paz y tranquilidad, aunque sea por un breve momento.

De pronto, esos pensamientos pasan a siguiente plano y el simple hecho de verla de pie, a la expectativa de lo que puede pasar en los próximos segundos, permite que pueda percatarme de la tensión que se forma en el ambiente y que eriza la piel a cada minuto que pasa y pienso que en cualquier momento, daremos el siguiente paso. Y la situación se complementa, con ese bonito brillo en sus iris, que le dan un aspecto de verse más grandes de lo normal.

— ¿Oye Santi, dónde tienes harina para hotcakes?

Ante la pregunta (inoportuna, debo decir) de Astrid, la burbuja en la que estábamos envueltos Jimena y yo se rompe al instante, dado que no esperamos la intromisión de mi amiga.

Aunque, en el momento en que mi atención se enfoca en Jimena, me doy cuenta que aquel brillo que tenía en sus ojos, ha desaparecido por completo y en su lugar encuentro un deje de tristeza.

« ¡Date cuenta! Le molesta la presencia de Astrid». Ya entendí, no hubo necesidad de siquiera presentársela, porque se dio cuenta que es ella con quien mis padres piensan voy a casarme.

Es cierto, con todo el asunto de Jimena ya no he tenido tiempo de pensar en la tonta boda. Incluso, Astrid tampoco ha tocado el tema, y la verdad es algo que le agradezco, pues cuando la maldita fecha se cumpla nuestra relación será diferente.

«Entonces ¿Utilizas a la pobre de Jimena, como una mera distracción? Sí que eres un imbécil». No, por supuesto que no.

Si bien, parece que hago los mismos pasos que esos animales, sé que sus intenciones son buenas y ante todo busco su felicidad, algo que imagino no puede lograr porque es utilizada como carne y vendida al mejor postor.

Sin distinción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora