14. Promesas

15 2 0
                                    

Never Gonna Give You Up --- Rick Astley.


Santiago.

Soy honesto, al decir que me siento tan miserable, por caer tan bajo con el único propósito de verla una vez más. Pero, es que no podido sacarme de su cabeza, su rostro con esa gruesa capa de maquillaje que me impedía verla con mayor claridad, esas bonitas pecas que le adornan el rostro y le dan un aspecto más tierno y dulce.

En cierto modo, me siento un ser despreciable por llegar a este punto; sin embargo, no podía aguantarme un segundo más, ante la necesidad de verla otra vez. Y es que, necesito protegerla, a como dé lugar.

Y esta es la única manera, en vista que ofrecí una buena cantidad de dinero. A pesar de ello, su "jefe" (que, en realidad es su maldito dueño) no acepto la oferta y hasta pidió más, dado que la considera su "minita de oro".

En ese momento, ganas no me faltaron de mandarlo a la fregada, pues, parecía que negociaba con un ganadero, con ansías de obtener más dinero por el producto. Si bien, estamos en pleno siglo XXI, es lamentable ver que, aún se conservan estas ideologías tan retrogradas, en donde se considera a la mujer como un objeto, o en el peor de los casos como un animal.

A pesar de ello, me tragué el orgullo y le seguí la corriente, con el único objetivo de pasar un buen rato con Jimena.

Y todo sacrificio ha valido la pena, pues, al observarla entrar al auto, el corazón me brinca de alegría. Incluso, me siento como si estuviera en un desierto y tengo la necesidad de encontrar un oasis, y ella lo es en mi vida.

Si bien, también tiene el alma rota, en cierto modo, me siento como un superhéroe, que rescata la princesa, que se encuentra en apuros y aprisionada, por el dragón que lanza fuego, a fin de que nadie pueda entrar siquiera al reino.

Suelto una pequeña risa, al inventarme un tremendo cuento que ni La Rosa de Guadalupe, tiene por guion. « ¿Entonces, ahora te dedicarás a escribir guiones de novelas, películas y series?». Volteo los ojos con fastidio, ante esa pequeña vocecilla que me ronda la mente y siempre me hace rabiar.

Enseguida recuerdo que no estoy solo, por lo que, con rapidez le doy una sonrisa tranquilizadora, con la finalidad de indicarle que, todo está bien. Y al parecer funciona, porque enseguida, me corresponde el gesto.

Y aquí, al verla así no puedo evitar tomarle sus manos entre las mías, sin importarme, el contraste de temperatura entre ambos, pues a causa de la poca ropa que lleva encima (que solo consiste en un pequeño short de mezclilla que medio cubre su trasero y esa blusa holgada de color gris), es evidente la frialdad de sus dedos.

Ante la escena, cierro los ojos con fuerza, porque ganas no me faltan y regresar a moler a golpes a ese maldito bastardo, quien las hace sufrir, al tiempo que se llena las manos de dinero. Además, sé con toda certeza, que enfrentarme a una persona así de poderosa (pues, no soy un genio, al darme cuenta de ello) sería contraproducente, en mi futuro.

Por eso, no me queda más remedio que llevar a cabo este inocente plan, en el cual, soy el salvador de su alma en pena. Hasta de solo pensarlo, me siento poderoso y con ganas de luchar por su amor. Bueno, no tanto así, en vista que apenas nos conocemos, aunque, si me diera lo oportunidad, no duraría en hacerla feliz, por el resto de la vida.

Y es que verla sonreír y sobre todo, lejos de las manos de ese maldito, me hace sentir la persona más afortunada del universo, dado que soy el causante de su felicidad.

Por eso y sin previo aprieto con fuerza sus manos, al tiempo que levanto la mirada, encontrándome enseguida con algo que me rompe el corazón, en mil pedazos.

Sin distinción.Where stories live. Discover now