"Ella hace el arte más bonito que nunca antes en la humanidad alguien ha visto"
"Naaaa, la revivía. Ella no hace arte, ella es el arte"
Vesna Hrdalo Stošić, popularmente conocida como Georgia Livia Brito, está enamorada del arte. Por ello, Iván Buha...
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— Lauren, ¿Qué está pasando? – preguntó Livia irritada, frustrada de que las cosas no estuvieran saliendo según lo planeado. — Creía que el chico sabía a lo que venía.
— Ah, ¿Es chico al final? – preguntó Lauren desconcertada, lo que desesperó aún más a Livia. — No especificaste en ningún momento si tenía que saberlo.
— Por dios, Lauren, no quiero hacer perder el tiempo de nadie – habló la serbia, acariciando su cabellera con nerviosismo. — ¿Y si no puede? ¡Ya sabrá que estoy aquí!
— Hablé con el novio de Ry y me dijo que era de fiar – aseguró Lauren. Quizás no había prestado atención a los detalles, pero se había esforzado en encontrar a alguien a quien confiarle a Vesna. — Que por mucho que no pudiese acompañarte finalmente, guardaría el secreto. Después de todo, él también es un personaje público, en mucha menor medida, pero lo es. Conoce la sensación.
— ¡Pero ni siquiera sabes si va a aceptar! – exclamó Livia, intentando encontrar cualquier mínimo inconveniente. — No es algo que todo el mundo este dispuesto a hacer.
— Por dios, eres Livia Brito, da igual que puedan o no, la gente estaría dispuesta a renunciar a sus trabajos por respirar el mismo aire que tú – le prometió Lauren, que era consciente del nivel de influencia de su amiga.
— Y por otra parte, ¿Entendiste eso de no muy fan? – preguntó Livia un poco enfadada. — Por qué este chico parece ser fiel seguidor.
— A ver, me dijeron que era muy buena gente, y le hacía ilusión conocerte – explicó Lauren. Habló durante un largo tiempo con su cuñado, y tras sopesar los pros y contras, llegó a la conclusión de que Iván era su mejor alternativa. — No le destroces los sueños al chiquillo, encima que va a ayudarte.
— Karl, ¿Eres consciente de lo que estoy viviendo en estos instantes? – las chicas se callaron al instante, oyendo parte de la conversación que mantenía Iván por teléfono. — Tengo a la mujer a la que considero más bella, más talentosa, más inteligente y más intrigante del mundo a solo cinco pasos, y cuenta conmigo para llevar a cabo un plan del que no tenía ni idea hasta hace diez segundos.
— Livia, espero que comprendas que no hablo español – comentó Lauren, que no entendía el propósito de todo esto.
— Oh dios, está enamorado de mi – exclamó Livia aún más preocupada. Más cosas con las que lidiar.
— Mira, a mí me han descrito verbalmente que es muy fan, pero no te haría sentir incómoda en algún momento. Que es servicial, amable y humilde. No sé porque hicieron tanto hincapié en la última palabra – comentó Lauren, que no entendía la referencia. — Dale una oportunidad, no sabes cómo pueden salir las cosas. Además, si en algún momento tienes problemas mayores, podemos deshacernos de él fácilmente.
— Lauren, por favor, pareces líder de una mafia – río Georgia, a quien esto último le había resultado divertido.
— ¿Quién dice que no lo soy? – bromeó la de rasgos asiáticos, esbozando una sonrisa a través del teléfono. — Dale un par de días de prueba. Si no te gusta, fuera.