Capítulo 21. Te voy a matar.

Comenzar desde el principio
                                    

*       *        *

Al día siguiente, después de comer, recibí un mensaje de Pedri diciendo que en cinco minutos pasaría por mi casa a buscar el chándal, así que recogí con prisa y fui a buscarlo de nuevo porque mi madre lo había dejado en mi habitación. 

Escuché el timbre y bajé corriendo. 

-¡Voy yo! -grité para que me escuchara mi madre. 

Abrí con rapidez, para encontrarme no solo con Pedri, sino también con Ansu, Balde y Ferrán. 

-¿Qué hacéis? -fruncí el ceño. 

-Vístete -ordenó Pedri. 

-¿Qué? -me eché para atrás mientras los cuatro entraban. 

En ese momento apareció mi madre. 

-¿Hola? -miró confusa a los chicos. 

-Ah, hola -sonrió Pedri amable-. ¿Usted es su madre? 

-Isabel, tutéame por favor -sonrió ella también. 

-Genial, Isabel, vamos a raptar a tu hija si no te importa -explicó divertido. 

-Ah, sí, como queráis -no le dio más importancia y se dio la vuelta. 

-¡Mamá! -fruncí el ceño hacia ella. 

Soltó una risita y se despidió con la mano yendo hacia el comedor. 

-No voy a ir a ningún lado -aseguré volviendo a mirar a los chicos. 

-O te cambias tú o te cambio yo -amenazó Ansu.

-Ni de coña -rechacé de nuevo. 

-Bueno, pues nos la llevamos así -miró Balde a los demás. 

-Pues también es verdad -accedió Ferrán. 

-Eh, no, no, no -traté de escabullirme mientras todos me rodearon intentando sacarme de casa-. ¡Vale, vale! Voy a cambiarme, dejadme.

Empezaron a reír y yo los miré enfadada. 

-Tienes cinco minutos -me miró Pedri. 

-Te voy a matar -aseguré mirándolo muy de cerca. 

-Vale, pero después del partido, venga -me empujó un poco. 

Tomé aire algo furiosa y subí las escaleras hacia mi habitación, abriendo de golpe el armario. Cogí un jersey gris oscuro con cuello alto, que quedaba como un vestido, una americana del mismo color, y después de ponerme unas medias negras me puse unas botas altas hasta las rodillas, también negras. 

Me peiné rápido y repasé el maquillaje que llevaba puesto desde esa mañana. Metí cuatro cosas en un bolso y bajé rápido para que no llegaran tarde por la tontería que acababan de hacer. 

-¡Me voy! -grité para que mi madre me escuchara, sin embargo, cuando me acerqué estaba hablando con los chicos en la puerta, callándose todos de golpe al verme. 

-Vale, cariño -me miró mi madre. 

Negué con la cabeza y ni siquiera quise saber qué estaban diciendo. 

-Venga, vámonos -ordené empujando a todos hacia fuera. 

-Nos vemos, Isa -se despidió Ansu de mi madre. 

-Tío -lo empujé un poco más fuerte. 

Soltó una risa, al igual que los demás y yo suspiré. 

-Más os vale ganar -aseguré yendo hacia los coches. 

Olas de intensidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora