* * *
Al día siguiente, después de comer, recibí un mensaje de Pedri diciendo que en cinco minutos pasaría por mi casa a buscar el chándal, así que recogí con prisa y fui a buscarlo de nuevo porque mi madre lo había dejado en mi habitación.
Escuché el timbre y bajé corriendo.
-¡Voy yo! -grité para que me escuchara mi madre.
Abrí con rapidez, para encontrarme no solo con Pedri, sino también con Ansu, Balde y Ferrán.
-¿Qué hacéis? -fruncí el ceño.
-Vístete -ordenó Pedri.
-¿Qué? -me eché para atrás mientras los cuatro entraban.
En ese momento apareció mi madre.
-¿Hola? -miró confusa a los chicos.
-Ah, hola -sonrió Pedri amable-. ¿Usted es su madre?
-Isabel, tutéame por favor -sonrió ella también.
-Genial, Isabel, vamos a raptar a tu hija si no te importa -explicó divertido.
-Ah, sí, como queráis -no le dio más importancia y se dio la vuelta.
-¡Mamá! -fruncí el ceño hacia ella.
Soltó una risita y se despidió con la mano yendo hacia el comedor.
-No voy a ir a ningún lado -aseguré volviendo a mirar a los chicos.
-O te cambias tú o te cambio yo -amenazó Ansu.
-Ni de coña -rechacé de nuevo.
-Bueno, pues nos la llevamos así -miró Balde a los demás.
-Pues también es verdad -accedió Ferrán.
-Eh, no, no, no -traté de escabullirme mientras todos me rodearon intentando sacarme de casa-. ¡Vale, vale! Voy a cambiarme, dejadme.
Empezaron a reír y yo los miré enfadada.
-Tienes cinco minutos -me miró Pedri.
-Te voy a matar -aseguré mirándolo muy de cerca.
-Vale, pero después del partido, venga -me empujó un poco.
Tomé aire algo furiosa y subí las escaleras hacia mi habitación, abriendo de golpe el armario. Cogí un jersey gris oscuro con cuello alto, que quedaba como un vestido, una americana del mismo color, y después de ponerme unas medias negras me puse unas botas altas hasta las rodillas, también negras.
Me peiné rápido y repasé el maquillaje que llevaba puesto desde esa mañana. Metí cuatro cosas en un bolso y bajé rápido para que no llegaran tarde por la tontería que acababan de hacer.
-¡Me voy! -grité para que mi madre me escuchara, sin embargo, cuando me acerqué estaba hablando con los chicos en la puerta, callándose todos de golpe al verme.
-Vale, cariño -me miró mi madre.
Negué con la cabeza y ni siquiera quise saber qué estaban diciendo.
-Venga, vámonos -ordené empujando a todos hacia fuera.
-Nos vemos, Isa -se despidió Ansu de mi madre.
-Tío -lo empujé un poco más fuerte.
Soltó una risa, al igual que los demás y yo suspiré.
-Más os vale ganar -aseguré yendo hacia los coches.
ESTÁS LEYENDO
Olas de intensidad
FanfictionA veces no se conoce a una persona de la forma más bonita, pero lo importante es lo que pasa después. Justo eso es lo que ocurre con Valentina y Gavi: el principio no es lo más agradable, pero sí lo son las coincidencias de después, cuando ella ter...
Capítulo 21. Te voy a matar.
Comenzar desde el principio