¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ANTARES BLACK había despertado a primera hora del 1ro de septiembre de 1971, con los nervios a tope. Había estado esperando diez meses para que este momento sucediera, para que por fin fuera a Hogwarts. La razón, ella y su hermano mellizo, Sirius, habían cumplido los 11 años el tres de noviembre del año pasado. Pero la gran espera para la joven Black había terminado ese día.
Se arreglo y procuro que todo estuviera en su maleta sin olvidarse de algo. A los minutos llegó su prima, Bellatrix, para peinarla. Antares soltaba un par de quejidos cuando su prima tiraba demasiado de su cabello causándole dolor y Bella solo se dedicaba a soltar un par de risas, como la loca que era.
Bellatrix podía seguir a pie de la letra las creencias que tenía su familia sobre la pureza de la sangre, y aunque Antares no esté de acuerdo con eso y tenga pensamientos distintos a su familia, apreciaba y quería a su prima. La hacía reír, jugaba con ella en sus tiempos libres y la peinaba. Ya que, de ser por Antares siempre traería su cabello suelto y desordenado, eso haría enojar a su madre y aunque eso le causaría satisfacción, dejaba que Bellatrix la peinara. En cambio su hermano mellizo Sirius, no parecía llevarse bien con ninguna de sus primas.
— El día llegó, Ares — Bellatrix le llamó por su apodo mientras inclinaba su rostro hacia la niña. — Demostrarás que todos los Black somos pureza y pertenecemos a Slytherin.
Le dio una sonrisa abierta. Antares se removió incomoda ante sus palabras. Ella no quería estar en Slytherin, ni seguir los pasos de su familia.
— Pero, no te veo convencida de que quieras pertenecer ahí. — Analizó Bella mirándola con sus ojos oscurecidos.
— Yo no estoy segura. — Mascullo levemente.
— Ares, si no quedas en Slytherin serás la vergüenza de la familia. Te rechazarían.
— ¿Más? — Le interrumpió Antares.
✵✵✵
Antares y Sirius, ambos mellizos bajaron las escaleras de la casa Black, encontrándose con Kreacher, el elfo doméstico de la familia.
— Buenos días Kreacher. — Lo saludó la niña, el nombrado se dedicó a observar a Sirius con asco.
— Buenos días Joven Black — Saludo el elfo amablemente aunque su rostro demostraba lo contrario.
— ¿Como es posible que le agrades? A mi no hace más que aborrecerme. — Masculla Sirius.
— Eso no es verdad. — Antares soltó una risa. El Azabache la miro arqueando ambas cejas, sabía que su hermana mentía.
