Capítulo 10. ¿Yo para qué?

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Fruncí el ceño ante eso pero acepté su oferta, porque eran unos escalones bastante grandes, y no me apetecía caerme delante de miles de personas. 

Solté su mano una vez toqué el suelo, y vi cómo en su cara se dibujó una sonrisa traviesa. 

-Ya he aprendido -aseguré obvia.

-Entonces lo haces por eso, y no por querer apartarla de verdad -alzó una ceja. 

-Cállate ya -ordené haciéndome la enfadada.

Soltó una risita y yo busqué de nuevo con la mirada a Antonio, dirigiéndonos hacia él sin pensarlo dos veces. 

-Pablo Gavi -sonrió el director al acercarnos. 

-¿Cómo estás, Antonio? -sonrió el futbolista. 

-Muy bien, muy bien. Una pena que no hayas jugado hoy, ya nos apetecía verte en casa. 

-Lo sé, pero bueno... Así también descanso un poco -se encogió de hombros. 

-Claro, también hay que descansar -sonrió amable el señor. 

Entonces dirigió la mirada hacia mí y yo aproveché la situación. 

-¿Usted es el dueño de la revista ¡Hola!, ¿Verdad? -me hice la despistada. 

-Sí, así es -sonrió orgulloso-. Tú supongo que debes ser su novia -soltó mirando a Gavi. 

-¿Qué? -fruncí el ceño-. No, no -contesté rápido mientras el sevillano reprimía una risa. 

-Ah perdona -levantó las manos inocentes. 

-Trabajo en la empresa de su madre, es por eso que bueno... -informé entonces un poco más nerviosa sin saber qué decir. 

-Ah, Belén -asintió obvio. 

-Así es. Justo he estado hablando antes con ella sobre la revista. Había comprado esta mañana la de hoy, y mientras la leía me ha dado una sensación rara, no sé, es como que no entendía algunas cosas -fruncí el ceño-. Entonces ella me ha dicho que habíais cambiado de redactora, y he supuesto que sería por eso.

-Sí, sí... Ya hemos tenido bastante jaleo con eso -reconoció como cansado. 

-¿Ah, sí? -me interesé-. Creo que mis amigas también comentaron algo sobre eso, que no sabíais si cambiar de nuevo o no -mentí. 

-Ya imagino, ha llegado a todo el mundo -asintió. 

-Una pena, era de las revistas más leídas -dije como haciéndome la inocente sin saber de qué iba el tema. 

-No, pero la gente la sigue leyendo -le quitó importancia. 

-Ya bueno, supongo que por perder unas cuantas lecturas no pasa nada, tiene mucho éxito aún así -sonreí. 

-¿Perder unas cuantas? -frunció el ceño. 

-Mhm. Pero bueno, con tal de que no vayan a más -me encogí de hombros. 

Antonio se quedó observándome y después miró rápido a Gavi, para mirarme de nuevo. 

-¿A qué te refieres? -se interesó cruzado los brazos. 

-A ver, yo no tengo mucha idea de esto, pero como les ha pasado a mis amigas, le puede pasar a más gente. La forma de narrar los hechos es muy importante, es la piedra angular vamos, y si a la gente eso no le gusta dejarán de leerla. Además, cada día surgen más canales de información, y todo el mundo se entera de todo, por una vía o por otra -expliqué tranquila. 

Asintió y esperó a que continuara. 

-De todas formas seguramente usted sepa lo que hacer para solucionarlo, así que tampoco creo que los lectores debamos preocuparnos. Seguro que ya tiene algo en mente para poner fin al problema, he leído que es usted uno de los mejores directores, así que confiamos -sonreí dulce. 

Olas de intensidadWhere stories live. Discover now