—Hillary, —me hace saber Diane al aproximarse para ir a abrir la puerta— Chace, compórtate, que esta chica está haciendo mucho por ayudarnos.

Claro, que agradecido debo estar, si es lógico que ella está sacando ventaja de todo esto, porque siendo honesto ¿Qué chica no haría lo que fuera por pretender ser mi novia? Tendrá fama instantánea y todos los lujos que viene con ella, solo por ser la chica con la que se supone que estoy saliendo. Y si ella ha escuchado mi reputación asumo que también espera acabar compartiendo cama conmigo, lo que debería también darle una advertencia de cómo podría acabar. Siendo un simple juguete. Pero para su suerte, nada de eso pasara.

—Hola, Diane. —escucho la voz dulce y simpática.

Y cuando mis ojos se fijan en la chica que ahora sé que es Hillary, resulta que no puedo negar que la chica se ve muy hermosa, de una forma, como muñeca de porcelana, por el color de su piel tan blanca y a simplemente vista cremosa, su cabello es color caramelo, que resulta ser casi igual que sus ojos, que incluso sin acercarme a ellos, resaltan como color miel, sus labios son tan rosados que son imposibles de notar. Y lo que más me sorprende de todo esto, que es la primera jodida vez que veo a esta chica en mi vida, y sé que su padre es importante, pese a que no preste la suficiente atención para recordar el nombre.

—Hola cariño, —la saluda Diane sonando muy falsa, pero que para los oídos de esa chica suena autentica— Como te he mencionado, estamos muy agradecidos que nos ayudes, ¿ya conoces a Chace?

—Es un placer, y se quién es, ¿Quién no lo sabría? —ella suena demasiado simpática para ser su forma de ser real— Hola Chace, soy Hillary, tu nueva novia. —lo último lo dice con toda la intención de aliviar lo incomodo del ambiente con el chiste.

—¿Siempre te ofreces a ser la novia falsa de alguien? —le pregunto sonando como un completo hijo de puta.

—¿Disculpa? —exclama ella, claramente ofendida.

—¡Chace! —exclama en advertencia Diane.

—¿Qué? Solo quiero estar seguro que soy especial.

—Eres el único, —me responde ella claramente molesta— Y escúchame bien Chace, estoy intentando ser amable, y ayudarte, no necesitas ser un imbécil conmigo.

Por unos segundos me quedo sin poder creerme lo que escuche, y veo en los ojos de Diane la satisfacción de ver que claramente no esperaba de ninguna jodida forma, que esta chica que luce y se escucha tan dulce tuviera tantas agallas. Joder.

—¿Intentar ayudarme? Lo pintas como si estuvieras haciendo caridad, como si no estuvieras obteniendo algo de todo esto.

—Chace, compórtate, —me advierte Diane— Lo siento Hillary, iré por las notas que les hice.

—Y solo para que lo tengas claro, —me dice la chica— Quiero ayudarte, y no porque necesite tu fama, y asumo que llegaste a esa conclusión porque no me conoces, soy Hillary Winstergestersh.

Ella me dice su apellido como si esperara que algo cambie en mí... y ¡joder! Algo hace clic en mi mente, Winstergestershcomo en Winstergestersh enterprise. Como en uno de nuestros más importantes patrocinadores. Como en el jodido dueño del hotel en que estamos.

—A juzgar por tu reacción, asumo que acabas de darte cuenta que no necito tu fama.

—¿Por qué lo haces? —le pregunto sin poder creer porque estaría dispuesta a meterse en este lio.

—Porque me gustaría llegar a conocerte. —me responde con simpleza.

Y joder lo que me faltaba, que resulte ser una fan obsesionada conmigo.

Overcut [+18] terminadoWhere stories live. Discover now