Desde que era pequeño me habían gustado las leyendas, antes de dormir le pedía a mi madre que si podía contarme mi favorita de todas ellas, La Leyenda de la Luna.
Hacía tiempo, cuando en la Península solo había un único reino, en el cielo negro bril...
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Llevábamos tanto tiempo caminando que ya no era capaz de sentir los pies. Nuestra salida a la superficie, lejos de parecer un descanso, se convirtió en una continua y agónica caminata y, a pesar de lo cansados que estábamos, en ningún momento nos permitimos darnos el lujo de parar a descansar más que una hora escasa, pues aún os encontrábamos en el radio de influencia del castillo y dábamos por hecho que habían notado nuestra ausencia.
—Tenemos dinero para comprar caballos ¿Por qué no compramos unos? —se quejó Hyungwon al cabo de un tiempo.
—¿Ves algún sitio para comprar caballos? —respondió Minhyuk, el cual realmente parecía estar menos cansado que los demás—. ¿Crees que puedo fabricar caballos?
—Ojalá pudieses.
Ese comentario a más de uno nos hizo reír. Entre nosotros apenas hablábamos y, aunque era aburrido, también era normal. A pesar de haber estado todos durante meses recluidos, o no, en un mismo sitio apenas nos conocíamos, jamás había visto a Hoseok antes.
Aunque podía refugiarme en mis amigos apenas me sentía cómodo, las horas parecían pasar más despacio de lo habitual y no solo por el cansancio, el silencio se había instaurado y realmente se hacía difícil la convivencia.
—Vamos, vamos —Minhyuk agarró al chico de la muñeca y lo arrastró hacía adelante para obligarle a que continuase andando.
—Un poco más y pararemos a descansar ¿Sí?
Y así fue. Tras pasar un par de horas más de intensa andadura al final paramos a descansar un poco más antes de continuar. Aún teníamos bastantes horas por delante, tal vez pudiésemos hacer unos quince kilómetros más si el cuerpo nos lo pedía, acercándonos todo lo posible al Bosque de la Luna Negra.
A pesar del cansancio, agradecía a las diosas por haber salido de aquel maldito agujero y poder disfrutar del día, aún cuando el paraje era desolador y hacía frío, disfrutaba mucho más la belleza del campo que la oscuridad de una semi alcantarilla.
—¿De verdad tenemos que parar? Ya vamos lentos de por sí —pero por lo visto, no todos estábamos conformes. Rodé los ojos al escuchar aquellas palabras de Changkyun, odiaba que nunca estuviese conforme con las decisiones que tomábamos.
—Por primera vez estoy de acuerdo con el príncipe traidor, hace horas que nos están buscando, podemos descansar por la noche —que Kihyun le diese la razón me sorprendió bastante.
Estaba bastante claro que nos estaban buscando desde hacía horas, por eso, habíamos tenido que desviarnos de los caminos principales y continuar campo a través, evitando las villas y poblaciones que pudiesen reconocernos o donde pudiesen encontrarse los guardias que hubiesen mandado a buscarnos, por suerte teníamos un mapa y más de uno conocimientos en orientación para poder seguir el mismo trayecto sin necesidad de usar los caminos reales.
—Prefiero descansar antes que caer seco al suelo del cansancio —respondió Hyungwon, en ese sentido se quejaba bastante y ahí era yo quien le daba la razón—, pero si queréis continuar vosotros, adelante, ya os alcanzaremos.
