Haciendo un alboroto cerrando la puerta de la habitación con fuerza detrás de él gritando "La próxima vez que quieras a alguien amable, ¿por qué no corres hacia Alejandro, ya que parece que te gusta tanto que te babee no es asi?".
No podías hacer ni decir nada, no podías defenderte, tenías Ia boca amordazada con una camiseta el te había atado alrededor de la cabeza. Ni siquiera pudiste desenredarlo, las manos de Rudy sujetando las tuyas junto a tu cabeza mientras te presionaba por detrás.
"¿y? ¿No tienes nada que decir, mi pequeña? Rudy lo decía con cierto cinismo en su voz "Lástima, ya que no pudiste cerrar la boca con tu novio antes".
Como para llevar el punto, para dar en el clavo, se poso encima tuyo con su rodilla entre tus piernas frutandola fuerte, haciéndote gemir, la camisa absorbiendo tus gritos y tu baba. Tus ojos brillaban con lágrimas, pero no te atreviste a llorar, no al frente de Rudy.
"No te detendrás con el ,no hasta que un día llegue del trabajo a casa y los encuentre en nuestra cama ,en vueltos en NUESTAS SABANAS. ¿verdad?" él dijo. No era una pregunta, ni te permitió responder estaba encima tuyo . Por suerte para ti, soy un buen hombre". Su agarre en tus muslos fue casi doloroso, y si no fuera por la euforia reticente que crecía dentro de ti, habrías intentado liberarte.
"Depende de mí forzarlo a salir de ti, que dejes de babear por el coronel ale ,como le dices tu de tanto cariño". Escuchaste tu cremallera bajarse ,entrando en ti con rudeza ,salió, se obligó a volver adentro, con fuerza. Su respiración se cerró mientras la tuya se ahogaba, tu grito quedó atrapado en tu garganta.
"No te preocupes, muñeca", susurró, mordiéndo el lóbulo de tu oreja "Para cuando termine, no quedará ni un solo pensamiento en esa cabezita tuyo aparte de mí"
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