🚕🔥Historia de un taxi🔥🚕

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Eran las diez de la noche, viajaba a la intemperie de la brisa que emanaba por mi carro, producto de la soledad en la ciudad durante aquellas horas. No era una ocasión cualquiera, los ánimos escaseaban en mi ser, si pretender emoción por volver a casa resultaba más una necesidad que algo espontaneo, entonces estaba completamente perdido.

Nunca suelo hablar de mi vida, en realidad no había nada interesante que contar, la rutina me consumía junto a mi matrimonio. Los estragos de los años habían creado un abismo entre mi mujer y yo, quererla era fácil, pero no interesante y tratar de encender la llama que algún día con una sola chispa pudo incendiar mil campos, ahora solo era un fugaz destello inepto ante la flama que evocaba en mi ser. No era culpa suya, ni mía; la vida tenia planeas bastante excéntricos para ambos y es aquí donde comienza la historia.

Recuerdo aquella noche como un efímero tesoro que cambiara mi vida por siempre, no era para menos si fue mi salvación. Era un día de esos malos donde el estrés por conseguir un poco de dinero me consumía a cada metro que avanzaba, después de todo mi oficio no era el mejor y mi esperanza era muy vaga, manejaba por las calles como si alguien me estuviera esperando, siendo que hace mucho ya nadie aguardaba por mí.

Derrotado con la sola idea de fracasar un día más, me dirigía a casa. Cuando de pronto las lentejuelas de un traje me hicieron la parada, era una rubia preciosa, si los ángeles existían; estaba seguro que acababa de comprobarlo. Con prisa y sin precaución subió al carro, las lágrimas rodaban por sus mejillas, robando la belleza que claramente emanaba de su rostro y todo su ser, limitándome a no ver más que eso, pero bien dicen que la hermosura convertida en mujer llevaba su nombre, si ustedes la hubieran visto; terminarían igual o más enamorados que yo.

Se había calmado después del tendido llanto que sostenía, cualquiera que la hiciera llorar seguramente era un imbécil. "Me llamo Mayte" fueron sus únicas palabras justo antes de cruzar las piernas y sacar un cigarro del bolso, se maldecía por no cargar un encendedor, la excusa perfecta para poder hablarle, era mi momento y no pretendía desperdiciarlo.

Manuel: ¿Gustas fuego? –Cuestioné lo obvio, su mirada penetrante me miraba por el retrovisor y una sonrisa burlesca se asomaba junto con la respuesta positiva ante mi pregunta.

Mayte: Claro que si –Dijo al sostenerlo, debió ser una pena que sintiera lo nervioso que me estaba poniendo, mis manos tambaleaban como gelatina y ella solo atinaba a sonreír.

Manuel: ¿Puedo preguntar por qué una mujer como usted llora? –Indudablemente lo era por un dolor inmenso, pero no mutilante.

Mayte: Por estúpida –Irracional aquella contestación a lo que Manuel quiso intervenir.

Manuel: Dudo que sea por eso –Sin dejar de mirarla por aquel espejo, pudo percatarse de lo perdido que se encontraba ante su mirada.

Mayte: Le lloro a un tipo ¿Qué clase de mujer hace eso en pleno siglo veintiuno? –Me cuestionó- Si eso no me convierte en una estúpida, entonces no se en lo que sí.

Manuel: ¿Por qué llorarle a un hombre? Podrías tener a quien quisieras –Mala selección de palabras para definir lo que sea que pretendiese definir-

Mayte: Tener a cualquiera solo me convertiría en ordinaria, pero cuando el corazón se aferra y las piezas de ajedrez caen, ya nada importa. Ni siquiera la dignidad –Susurró

Manuel: ¿Tan mal estuvo?

Mayte: Lo suficiente como para derrumbarme en cuestión de segundos. Eso me pasa por pretender querer a quien no lo merece.

Manuel: No caiga usted en ese juego del amor, debe de continuar y encontrar a quien si reconozca su valor como mujer.

Mayte: Habla como si conociera toda la historia –Interrumpió

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⏰ Última actualización: May 31, 2023 ⏰

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