꒰ ❁ capítulo 64 ꒱

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—Pero que lengua más afilada tienes — Jungkook susurra, sus hombros se irguen y alza la cabeza con ostentación. Bruno hace un movimiento extraño con su mano, denotando los nervios que su lobo esta teniendo por la imponencia que Jungkook está aumentando a su alrededor—. La Corse ha estado olvidando su lugar, la jerarquía debe de respetarse joven Bruno, y usted está muy por debajo de mí.

Los ojos del omega se afilan, y su máscara de burla se rompe en un gesto parecido al de hace rato. Donde el rechazo de Kim Taehyung había pugnado hasta el centro de sus entrañas.

—¿Y que derechos tiene usted? Un mero criado que salió de la nada —Bruno frunce la nariz, aguantando el impulso de mostrar su cuello mientras Jungkook le mira impasible—¡Abrir las piernas y dar a luz a hijos del amir no le quitarán ese sustantivo!

Jungkook se acerca y le toma con brusquedad del brazo, un movimiento limpio que apenas es perceptible alrededor.

—Te haré una promesa, palabras mías con acero de las que no podrás librarte durante los próximos meses —da una larga inhalación, sacando el aire para que se vapore entre la tensión y enojo que siente—. Rogarás arrodillarte para mi perdón.

Bruno retrocede y bufa con exageración, incapaz de procesar con seriedad las palabras que acaba de oír.

—¿Es así? ¡Asegúrese que lo haga con consentimiento!

Jungkook cierra los ojos con paciencia, y mira a su alrededor con tranquilidad. Afortunadamente, el destello de una obra del afamado omega Monet opaca el interés de los invitados para querer voltear hacia ellos. Lo que resulta perfecto para lo que hará.

—Abre esto — Jungkook empuja el folder al pecho de Bruno sin delicadeza alguna, quien retrocede con sorpresa ante el cambio abrupto de la escena. Apenas y había tenido interés en lo que Jungkook tenía entre las manos, intuyendo que se trataba de algún asunto administrativo y aburrido de la misma exposición, no había dado una segunda mirada.

—He dicho que lo abras, si aún quieres contar con tiempo para tener esperanza de vivir te aconsejo que te apresures.

Por alguna razón, impulsado por el instinto que le zumba en su cuerpo ante lo que sostiene en sus manos, Bruno se siente cooperativo y lo abre con una ansiedad que llega de repente. Jungkook observa el cambio en el rostro contentible del omega mientras pasan los segundos. Bruno empieza a temblar, abriendo una y otra vez la boca sin decir una palabra su piel se vuelve pálida, casi amarilla.

— El líder de la Corse, Francesco Beran, ha extendido vigilancia por los clanes más pequeños en Turquía, alimentando su sed de envidia hacia La Roja les ha prometido derrocar a Taehyung— Jungkook explica con una dicacidad controlada mientras la tranquilidad se mantiene en su rostro. Las fotos y documentos en las manos de Bruno habían sido verificadas tres veces, y los contactos de alcance global de los Kim le habían confirmado la traición que la mafia francesa estaba llevando acabo—. Incluso llegó a querer erradicar a los Park por inseguridad a que se desarrollaran después de su victoria. Tu hermana, mate de Francesco, incluso llevo una vigilancia interna sobre Park Jihoon.

—Yo...no...espera —los dicterios banales de Bruno se habían evaporado con una rapidez sorprendente. Las súplicas no tardaron en amontonarse sobre su boca, con una velocidad que apenas permitía entender lo que en realidad salía. Jungkook eleva los labios con ligereza.

—Dime Bruno, ¿qué pasaría si esta información llegara a la Gran Mesa?

El temblor del cuerpo de Bruno se detiene en seco, Jungkook se aleja para poder ver lo que su olfato ya ha percibido: Miedo y terror en una mezcla desastrosa de agonía.

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐣𝐚 ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now