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02; Lo hice sin querer hacerlo.

«No es suficiente».

Hoseok está en la clase de danza contemporánea, repitiendo la coreografía una vez más por petición del maestro Doyun. Da vueltas, se desliza, salta y cae al piso al compás de la música.

Sus movimientos son como una caja de sorpresa; en el momento en que menos lo esperas, puede pasar de ser un nudo en el piso, a saltar y estirar sus extremidades.

Una ejecución limpia y fluida, que va a la par de la música; pero, no es suficiente.

La voz del maestro Doyun se alzó sobre la música.

-¡Báilalo! ¡Disfrútalo! -exclamó, tan fuerte que pareciera empujarlo.

«¿Bailar?». ¿No se supone que ya hace eso al acompañar sus movimientos junto a la música?

«Disfruta». ¡De nuevo esa palabra! ¿Cuál es el afán que tiene la gente con pedirle que disfrute? Ni siquiera ha aprendido a disfrutar de las miradas que le da el castaño de peculiar sonrisa que suele cruzarse en su camino.

Ha intentado no pensar tanto en eso, tal y como Yoongi se lo recomendó. En estos momentos lo ha vuelto a hacer, y ni siquiera tiene motivo para hacerlo.

Debe volver a lo suyo, concentrarse en bailar. Sentado sobre el piso, dejó que su cuerpo cayera sobre su costado derecho. Colocó su brazo derecho a un lado de su cabeza, en forma de ancla, y jaló el resto de su cuerpo hasta subirlo sobre su hombro izquierdo.

Entonces, sus piernas se lanzaron hacia arriba, tan rectas y afiladas como un par de flechas, que han de convertirse en las aspas de un molino al empezar a dar vueltas.

La oscilación de sus piernas tira de su cadera y, a su vez, su cadera jala el resto de su torso. La dinámica del movimiento termina por hacer que su cuerpo gire 90 grados sobre su espalda; ahora su cabeza apunta a la puerta, en vez de la ventana.

Hoseok hace una pausa para tomar aire. Y cuando menos lo espera, ya se ha retrasado en la coreografía, por lo que se apresuró a continuar. Alineó sus piernas y dejó que las plantas de sus pies cayeran sobre el suelo, tan solo para tomar impulso y jalar sus piernas por encima de su torso, logrando una voltereta hacia atrás.

Una de sus rodillas azotó contra el piso. Lo peor de un golpe no es el dolor en sí, sino el susto que te mantiene aturdido.

Hoseok abrió los ojos, chocando su mirada con la del resto de bailarines que lo observaba. No podía entenderlo, ¿por qué sus expresiones reflejaban dolor, si fue él quien se golpeó la pierna?

-Hoseok, levántate -reclamó el maestro, tan serio como pocas veces se le había visto, incluso era un poco intimidante.

Pese a eso, Hoseok acató la orden a medias: se incorporó, mas no se levantó, sino que permaneció sentado en el piso. Tampoco lucía avergonzado, ni asustado; el único indicio de una expresión en su rostro, era una de sus cejas ligeramente arqueada.

-Quiero que me respondas algo: ¿acaso eres un robot? -preguntó el maestro, y Hoseok no tuvo la decencia de disimular lo absurdo que le había parecido su interrogatorio.

¿Qué clase de pregunta era esa? ¿De nuevo iba a hablar sobre sus ideas de conspiración? Por supuesto, Hoseok negó.

-Entonces, ¿por qué me das una interpretación rígida y sin sentimientos?

A Hoseok costó un par de segundos hilar ambos diálogos, hasta que logró darle un sentido. Ahora, ¿qué se supone que debe responder a eso?

Su silencio terminó por frustrar al maestro de danza. Doyun caminó por el lugar; se pasó la mano por el rostro y habló despacio.

Enamorado tuyo; HopevOn viuen les histories. Descobreix ara