💠[1.4] my love

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La mexicana llega a su casa llevándose la sorpresa de que Lisandro estaba ahí mismo preparando la comida para los mellizos

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La mexicana llega a su casa llevándose la sorpresa de que Lisandro estaba ahí mismo preparando la comida para los mellizos. Deja su chamarra y bolso en el sofá para dirigirse al comedor en busca de respuestas ya que esperaba que Liz estuviese en lugar del futbolista. El argentino alza la mirada cuando Mar se acerca.

—Antes de que te exaltes, déjame explicarte lo que pasó...— y procede a contarle todo lo acontecido terminando hasta este momento.

Mar se queda sin qué decir poniendo a Lisandro nervioso por cómo vaya a reaccionar su ex-amorío—. Aprecio que hayas venido a ayudarme. Una disculpa si interrumpí tus planes o...

—Mar, no interrumpiste absolutamente nada —se levanta de la silla para encaminarse a la morena—. Es también mi responsabilidad el estar al pendiente de mis hijos —lanza una mirada fugaz a los mellizos quienes disfrutaban de la comida.

La mente de Mar hizo hacerla sentir bastantes emociones mezcladas. El notar que pese a cómo habían terminado las cosas entre ellos, Lisandro seguía muy atento a sus hijos y no le importaba cualquier otra cosa. Marcus tenía razón después de todo.

—Yo sólo... no sé qué decir? Me has salvado la vida —expresa muy aliviada sin dejar de ver a Lisandro.

Regresa la mirada a Mar con delicadeza sintiendo su corazón acelerarse. Aquello no sucedía en bastante tiempo, incluso se atrevería a decir que desde que aún seguía con Mar. Seguía deseando estar con Mar, con los mellizos, formar una hermosa familia que debió ser desde el principio. Por qué diablos se tuvo que mudar justo en ese momento?!

—Te dejé comida por si no has comido —avisa para librarse de sus pensamientos.

—Gracias —Mar también sale de su burbuja.

Ambos se quedan viendo por un par de segundos hasta que los mellizos avisan que se han llenado y que van a irse a sus cuartos para hacer de sus tareas. Esto hace que Lisandro se acuerde que tiene que regresar a su casa a avisarle a Agathe de esto. Por lo que se disculpa con los tres y se va encaminando a la salida. Mar decide acompanarlo hasta afuera para seguir agradeciéndole.

Lisandro contuvo la ternura que le daba al ver a Mar tan sensible por la situación—. Ya te dije que no es nada —la toma de la mano sin fijarse—. Haría lo que sea por esos pequeños y por ti —se le escapa decir.

Estaba conmovida y atrapada por las palabras del argentino. Era como si levemente su amor que alguna vez le tuvo al atleta estaba reviviendo. Comenzaba a verlo con otros ojos, ojos de deseo y afecto. Su debilidad estaba volviendo a nacer.

Por ello, no lo duda y toma a Lisandro por la nuca para acercarlo a sus labios y plantarle un profundo beso directo a ellos. El argentino queda pasmado por unos segundos pero no tarda en reaccionar correspondiendo aquel mágico beso. Ambas bocas se reencuentran después de 10 años de no tocarse haciendo que el beso fuese tomando más intensidad al darse cuenta que se necesitan cada vez más.

Las manos de Lisandro toman con firmeza la cintura de Mar para todavía acercarla más a él mientras que los brazos de la mexicana rodearon el cuello del argentino. Ambos hispanos sintieron una chispa que no sentían desde que eran adolescentes haciendo que su misma imaginación viajara hasta llevarlos de regreso a aquellos años en los que eran muy feliz estando enamorados del otro.

No obstante, una cosa llevó a la otra que la morena pensó en Agathe. Por lo que se separa de golpe del rostro del futbolista sin creer lo que había hecho.

—Qué sucede? —y al parecer Lisandro si lo había olvidado. O más bien no quería pensar en ello ahora.

Mar lo asesina con la mirada— no te puedo creer! Me has besado estando en una relación!! —ejecuta quejándose quitando las manos del central de su cintura.

— Si mal no recuerdo, tu fuiste la que me besaste —recalca Lisandro.

—Lo sé! Y fue un error... —confiesa Mar—esto fue un error —resalta señalándose a ambos dándole la espalda aún procesando lo que sus impulsos la obligaron a hacer.

Del otro lado, Lisandro no se podía quedar con los brazos cruzados. Estaba claro que no quería a Agathe. Al contrario, deseaba estar con Marlene y nomás con ella. Por algo el destino los volvió a juntar, esto sólo quiere decir que está escrito que estén juntos—. Acaso lo deseaste? —interroga Lisandro— tu quieres esto?

—No importa lo que yo quiera! No se puede, Lisandro. Estás con alguien más.

—Ya sé —se acerca para mirarla fijamente— pero si te digo que no es lo que quiero? —se atreve a decirle haciendo que Mar alce la mirada— y si te digo que lo que en realidad quiero es estar contigo y juntos criar a nuestros hijos? —la toma por las mejillas.

Esto hace que los ojos de la morena se cristalicen un poco. No podía creer lo que Lisandro le había confesado en ese momento. Era perfecto. Lisandro Martínez era la definición del chico ideal.

—Lisandro...

—Sólo dímelo, Mar —junta su frente con la de la mexicana— dime que también me quieres y ya mismo termino lo que tengo con Agathe —propone apresurado.

Acaso era lo correcto? Que Lisandro terminase así como así con Agathe por ella? No iba a mentir, quería que pasase, pero tampoco podía ser egoísta y herir los sentimientos de la neerlandesa por tan mal que le caiga.

Se desprende con el corazón roto— no te puedo pedir eso...

Ambos se quedaron parados por unos intanstes reflexionando de la situación. No es hasta que Mar decide ingresar a la casa que Licha se da cuenta de lo que pensaba Mar—. Yo sé que no buscas ser egoísta y herir los sentimientos de Agathe. Yo tampoco, créeme. Pero es peor que yo siga con ella estando completamente enamorado de ti —explica.

Aquello hace que la morena abra los ojos a la realidad. El argentino tenía un punto. Era de mal gusto el estar con alguien a quien claramente no tienes sentimientos alguno por ellos. Lo mejor era terminar aquella relación.

Confronta al atleta— te quiero a ti, Lisandro —confiesa finalmente Marlene.

Lisandro sonríe de la alegría.

𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘 :: 𝗟𝗜𝗦𝗔𝗡𝗗𝗥𝗢 𝗠𝗔𝗥𝗧𝗜𝗡𝗘𝗭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora