Atracción Fatal (Yaoi/Gay) (AP#2)

Capítulo 4 ''Besos compartidos''

Axel me miró un tanto confundido.

-¿Son pareja, cierto? -supuso logrando sorprenderme.

-¿Cómo lo has sabido?

-No sé... llámalo intuición -sonrió ladeado.

-Pues déjame decirle que me agrada su intuición, Vandeviere. Sería un buen detective.

-A mi me agradas tú... profesor -dijo esto mirándome intensamente.

Me quedé mirándolo con la boca entreabierta, para luego adoptar una más expresión seria, decidiendo no haber escuchado aquello. O más bien decidiendo no haber escuchado lo que a mí me había parecido escuchar. Lo que en el fondo a mí me hubiese gustado escuchar.

-Usted también me agrada, Vandeviere -repuse neutralmente.

Me agradaba como a un profesor le agradaba su alumno. Nada más, ni nada menos.

-No me refiero a ese tipo de gustar... profesor -concretó acercándose a mí.

-¿A cuál gustar se refiere, entonces, Vandeviere?

Axel se quedó callado y pensativo, como si estuviese meditando su respuesta.

-Que tú hermano pequeño este con ese Alistair... ¿No te molesta? Ya sabes... por qué son una pareja homosexual.

Y otra pregunta más de parte suya, que me había tomado desprevenido. Este chico simplemente no podía dejar de disparar preguntas a lo loco. Y eso de alguna forma... no me disgustaba del todo. A decir verdad me gustaba escucharle. Me gustaba su voz.

-No, no realmente -refuté -, al principio estaba en contra, pero nunca fue por qué los dos fuesen chicos. Más bien era por qué no confiaba en Alistair. Ahora que lo conozco mejor y que he podido ver lo mucho que se quieren esos dos, ya no pienso lo mismo.

-Oh -alargó -, así que si hago esto... ¿no te molestará?

-¿Hacer el qué? -cuestioné perplejo.

Antes de escuchar una contestación de su parte, sentí como lanzó sus brazos alrededor de mi cuello y seguidamente el roce de sus labios contra los míos. Inmediatamente después, introdujo su lengua en mi boca. Me dejé caer en la tentación y lo agarré de la cintura mientras jugaba y entrelazaba mi lengua con la suya una y otra vez, tomando el control por completo.

Hasta que por fin reaccioné.

-Vandeviere... -despegué mis labios de los suyos y observé el brillo que habían adoptado sus ojos y el pequeño rubor en sus mejillas -, no vuelvas a hacer eso -lo reprendí severamente, tomándolo de ambos hombros.

-¿Por qué? -se encogió de hombros inocentemente -. Yo soy el dueño de mis propias acciones, no me puedes obligar -se justificó con cierta sorna.