Ve a tu habitación Hoseok.

Pero padre, no hice nada malo. —Dije, en una suave protesta luciendo abatido y destrozado. Al ver mi expresión, padre dejo escapar un suspiro y agachándose a mi altura, murmuro.

Eres un buen niño, Hobi. Te vendría bien recordarlo. Así que, por favor, no hagas que mamá se enoje muy a menudo. ¿De acuerdo? —Asentí, sin querer preocupar y darle más problemas a mi padre. Él me sonrió pequeño y con sus grandes y fuertes manos, me atrajo hacia sus brazos, rodeándome protectoramente. Entonces sin poder evitarlo, lagrimas saladas y calientes caen por mis mejillas. Después de unos segundos, padre deja un beso en la parte posterior de mi cabeza, y se separaba mirándome a los ojos. Al ver mi expresión y ojos llorosos, pasa su dedo pulgar por mi mejilla izquierda y limpia algunas lágrimas. —Ahora por favor sube a tu habitación y no salgas de ahí, hasta que mamá suba.

Asentí, inhalando y sorbiendo por la nariz. Entonces siendo el chico bueno y obediente que se esperaba que fuera, gire en mis talones y me dirigí a las escaleras, cabizbajo. Cuando puse un pie en el primer escalón, mi padre murmuro.

Hoseok. —Inmediatamente me di la vuelta, secándome las lágrimas de un manotazo. Mi padre me miro por unos segundos y posteriormente, dijo. —Te Amo. Y estoy muy orgulloso del niño que eres. Nunca lo olvides, hijo.

Mi pecho se apretó de felicidad, mientras una pequeña sonrisa curvaba mis labios. Anteriormente, muy a menudo, mi padre siempre me había dicho lo mucho que amaba. Sin embargo, hacía tiempo que no escuchaba las palabras. Y entonces me había preguntado, si era caso que ¿me había dejado de amar?

Por eso escucharlo decir que me amaba, que hizo tan feliz, haciéndome olvidar todo lo malo de hace un rato. Sonreí y asentí. Entonces, musite. — Y yo a ti, Papá. —Para posteriormente girar en mis talones y subir las escaleras rumbo a su habitación.

Esa tarde, fue el niño más feliz del mundo, porque sin importar las palabras feas y humillantes, que su madre había utilizado con él, lo fuerte que había tomado sus bracitos y lo insignificante que lo había hecho sentir, su padre lo amaba.

Lo amaba y era lo único que me importaba.

— ¿Hobi?

Esa voz nuevamente.

Intento abrir los ojos, pero me es casi imposible. No sé qué me pasa, ni donde estoy, y todo lo que puedo ver a mi alrededor es oscuridad. Intento por segunda vez, pero la oscuridad puede más y no puedo evadirla, así que me doy por vencido. Entonces vuelvo a escuchar esa voz. Es suave y reconfortante, pero no puedo decir con certeza de quien se trata. Creo que es Jimin, pero todo aquí es tan confuso y no sé cómo salir de todo esto.

— ¿Qué es lo que sucede, Jimin? —Es la voz de mi hermano, Sejun. Se escucha preocupado y un poco agitado.

Entonces la otra persona en la habitación, vuelve a hablar sonando angustiado.

— No lo sé. Ha estado removiéndose así por varios segundos y murmurando cosas.

Segundos después, alguien se acercó y puso su mano en mi frente.

— Hobi. ¿Me oyes?

Y como si hubiese sido todo lo que necesitaba. Mis ojos se abrieron de golpe. El aroma a hospital inundo mis fosas nasales, el color blanco por todas partes y el ruido de tacones tocando el suelo, empezaron a enloquecerme.

¿Dónde estaba?

Necesitando urgentemente saber dónde me encontraba y porque me sentía como la mierda, intento incorporarme en la cama, pero Sejun no me lo permite, murmurando suavemente.

FORBIDDEN LOVEOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz