ONE

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TAEHYUNG

Después de conducir en el auto descapotable de alquiler, por todo el centro de la ciudad, termine decidiéndome por un lugar llamado AkBar. El lugar era grande, las personas entraban y salían. En las puertas de metal, había un tipo alto y musculoso, con lentes oscuros. Considere la idea, de si debía entrar o buscar otro lugar, ya que, AkBar era bastante llamativo y quería algo tranquilo. Sin embargo, necesitaba urgentemente, olvidarme de mis problemas matrimoniales, antes de volverme loco. Jamás había visto a Lía tan enojada y triste, cosa, que me hace doler hasta el alma, por ser la razón de ello.

Sacudo la cabeza, para apartar la avalancha de pensamientos que cruzan mi cabeza, no gano nada, pensado en mi situación ahora mismo, Ya mañana se me ocurrirá algo. Por ahora, solo pienso olvidar y despejar mi mente. Por ello, termino bajando del auto y dirigiéndome hacia las puertas de AkBar. El tipo de lentes oscuros, me da una mirada escéptica, como si, estuviese perdido y loco, lo cual no es raro, ya que estoy vestido de traje, pero, aun así, no dice nada, dándole un rápido vistazo, a mi identificación, para posteriormente hacerse a un lado, dejándome pasar. Me adentro en el lugar, observando cuidadosamente, todo a mi alrededor. La música era alta y estruendosa, la mitad de las mesas estaban vacías y la barra despejada. No pase por desapercibido, las miradas que me daban algunas personas y los susurros, mientras pasaba por el lado de las mesas, donde había grupos de amigos, pasando el rato. Sin embargo, no preste atención y dirigiéndome a las largas escaleras, que conducían a el segundo piso. Subí con pasos seguros. Este espacio, era un poco más tranquilo, aunque el bullicio de abajo, aún era perceptible. En esta parte, la iluminación era de un tipo de luz azulado, totalmente diferente a luces multicolores de abajo. Había una barra, como la de abajo. Varias mesas y una mesa de billar en el centro.

Dirigiéndome a la barra, hago un movimiento con mi mano, para llamar la atención del sujeto al otro lado de la barra, este le entrega rápidamente un par de cervezas, a el tipo que ya esperaba, rodeando con su brazo, la cintura del chico más bajo a su lado y posteriormente dirigirse a tomar mi orden. Pido una botella completa de Bourbon y me quedo en la barra, vertiendo el líquido en un pequeño vaso, que me entrega el bartender. Después de tres horas, me encuentro satisfecho de alcohol y relativamente bien, pero aún, tengo que conseguir una habitación de hotel, para pasar la noche. Me levanto del taburete. A pesar de mi estado, mis pies firmes en el suelo. Pago la cuenta y me dirijo a las escaleras. Bajando con pasos más lentos, ya que no quiero, que el alcohol, me juegue una mala pasada, llego a mitad de escaleras, cuando mi vista se posa en la barra, que se encuentra en la planta baja, pero más que centrarse en la barra, mi atención se centra, en el chico que se encuentra sentado, de espaldas en el taburete frente a la barra. Su cabello naranja, parece brillar entre las luces Neones, haciéndolo ver exótico, resaltando entre la multitud, y como si de un campo magnético se tratase, me muevo inconscientemente, acercándome a la barra. Entonces una chica pelinegra, que, al parecer ya estaba pasada de tragos, tropieza conmigo. Ayudo a la chica a estabilizarse, la cual levanta la mirada y me observa bastante avergonzada. Murmura un inentendible lo siento y sigue su camino hacia un pasillo, que indica donde se encuentran los baños.

Levantando la mirada, mis ojos recorren la barra, buscando al chico peli naranja, que mis ojos habían enfocado segundos antes, encontrándome con una escena que me hace gruñir y apretar la mandíbula. Un tipo alto, sujetaba fuertemente el brazo del chico. Este se veía bastante frustrado y desesperado por soltarse del agarre del sujeto más alto. Sabia que debía darme la vuelta y salir por la puerta de este lugar, porque no era normal, como mis sentidos reaccionaban a este chico. Como si fuese una especie de imán. Pero, aun así, eche a un lado el pensamiento y camine con pasos firmes, deteniéndome frente a el tipo rubio y el chico peli naranja. Ninguno de los dos pareció notarme mientras forcejeaban.

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