CAPÍTULO DOS

21 6 0
                                    

ACTUALIDAD.

No había pensado tan detalladamente en los sucesos de aquel día, planeaba que el tiempo terminara por destruir todos aquellos recuerdos, no quería rememorar como mi vida había acabado en un solo instante. Estaba sola, no tenía nada ni a nadie.

Tampoco recordaba aquella caja, el objeto que mi padre mencionó antes de morir. No tenía ánimos para tocar más cosas de la casa que las necesarias, hasta esa noche, que los dos tipos habían robado mi collar, el mismo que me regalaron al cumplir seis años, un obsequio que mi madre había dejado antes de morir y que mi papá mantenía en aquella caja, junto con otras cosas que no tenía permitido ver. Siempre que tenía curiosidad, él me decía que cuando fuera mayor me lo explicaría, pero eso ya no pasaría, así que era momento de verlo por mí misma.

Avancé hasta el cuarto de mi padre y abrí la puerta lentamente. No acostumbraba a entrar a su habitación o la de Vera, no quería que nada de sus cosas cambiara; dejar todo justo como cuando se marcharon, me hacía sentir que volverían o que al menos no se habían ido del todo.

Miré alrededor, un dolor conocido se posó en mi pecho, nada había cambiado. Era como retroceder el tiempo hasta aquella mañana. La taza que solía usar para beber té; aún permanecía en la mesita junto a su cama, sus lentes para leer estaban sobre el poemario que Vera le había obsequiado por su cumpleaños y todos sus muebles, y demás cosas permanecían iguales, solo que con una capa de polvo. Tomé la caja de madera, la analicé por unos momentos y la abrí. Adentro había varios sobres, fotos y un broche con una avispa de metal y piedras rojas. Nada me pareció lo bastante extraño, así que sostuve una de las cartas que estaba dirigida a mi padre, la abrí y comencé a leer...

Querido Edward, sé que ahora como mínimo debes odiarme, sé que no fue correcto dejarte solo con Vera, es solo que ambos sabemos que mi destino no es ser una simple pastelera. Quizás antes los recursos para poder llevar a cabo mi idea eran nulos e imposibles, pero ahora sé que puedo poner en marcha el cruce de ADN entre especies humanas y animales. ¿Te imaginas el resultado? Lo asombroso que sería.

Si el presidente acepta mi propuesta y logro desarrollarla, toda la vida cambiará, nuestra vida mejorará. Encontraremos la cura para diversas enfermedades, nuestros ejércitos serán más resistentes, la seguridad aumentará en los pueblos, en Villa del Norte y la ciudad Central. Incluso puede que la Villa del sur deje de aislarse y les agrade la idea de que Nerón Hibberson sea nuestro representante.

Pero bueno, no pretendo aburrirte con esos temas, solo decirte que te quiero y los extraño. Mañana es el día de mi propuesta, deséame suerte. Cuida a nuestra hija, quizás en un tiempo puedan venir y estaremos juntos otra vez.

Lo siento.

-Nara M.

Tenía una sensación extraña en el pecho, el sentimiento de que lo que estaba a punto de descubrir me haría más daño de lo que me beneficiaría. No entendía del todo lo que acababa de leer, mi padre había dicho que mi madre se llamaba Estele. Al menos que Vera y yo tuviéramos progenitoras diferentes, aun así no tenía sentido, pues la mujer que escribió las cartas era culpable de muchas muertes, ella había creado a los Theriones. Además, ¿Por qué la esposa de Nerón tendría un collar como el mío? Rápidamente, tomé otra de las cartas y comencé a leer.

Hola Edward.

Puede que las noticias hayan llegado hasta Haldenmos, mi propuesta finalmente ha sido aceptada, los THERIONES serán reales (es el nombre que eligió Nerón, quizás algún día te cuente el significado)

Sangre CarmínWhere stories live. Discover now