Knock Out - [DD #2] - Akary Gressed

24 - ¡Odio Las Despedidas!

La noche se había hecho larga, me encontraba en la sala con mi padre, Ryan, Kamille, Dianne, Noah y Timmy además de los otros chicos quienes habían venido por la pelea y se habían encontrado con la sorpresa de que casi muero asfixiada en una cafetería y que la pelea se había cancelado. Intenté por todos los medios de que Akon cambiara de opinión pero fué imposible, su terquedad no tenía límites.

-Me da mucha pena por la señora de la cafetería - le susurré. El se encontraba a mi lado en el sofá, mi cabeza estaba descansando en su hombro y su mano trazaba círculos en mi espalda.

-A mi también, cuando llegué no la vi allí, según Alex ya se la habían llevado.

-Así es, me imagino que pasó un muy mal rato, era su negocio, supongo que vivía de ello, aparte del susto que se debió haber llevado.

-Si, es todo una pena Ann.

Suspiré -Me gustaría ayudarla.

-Tranquila, no te estreses pensando en eso, algo se nos ocurrirá, ¿bien?

Asentí -Bien.

Noah, que estaba sentado al frente mio en el regazo de Dianne, caminó hacia mi y se sentó a mi lado, poniéndole atención a la venda en mi pierna que quedaba a la vista porque usaba shorts.

-¿Te duele? - preguntó

-Solo aveces, cuando hago mucho esfuerzo al caminar.

-Una vez me corté un dedo con una astilla y me dolió mucho - dijo haciendo una mueca al recordar.

-Huh me imagino que si pequeño.

-Timmy y yo queremos ir a la cama - susurró -Estamos cansados por el viaje.

-Bien ¿Porqué no van a dormir?

Miró sus pies con nerviosismo -Me preguntaba si puedes llevarnos y quedarte allí hasta que nos dormamos.

Sonreí -Claro, pequeño.

Le susurré a Akon que me acompañe y el tomó a su hermanito en brazos y lo subió a sus espaldas.

-Me gustaría subirte a ti también pero ya sabes, la pierna - le dije a Noah.

-No importa, se que te duele la pierna, si quieres te cargo - sonrió. Yo reí

-Tranquilo, puedo caminar, gracias.

-¡De na... Ah! -gritó cuando Akon lo tomó y lo subió a su regazo, empezó a trotar hacia la habitación mientras los niños no dejaban de reír, era una escena muy tierna. Caminé detrás de ellos con mi mayor esfuerzo, solo evitando hacer alguna queja de dolor para que Akon no se pusiera paranoico solo que hacía frío y me estaba doliendo mucho.

Tomé asiento en un sillón al lado de la cama mientras esperábamos a los niños salir del baño de ponerse su pijama y lavarse los dientes.

-¿Cómo estás? - preguntó Akon por deudecima vez.

-Estoy bien, tranquilo.

-Annie, no se porqué insistes en mentir para no preocuparme, no es como si fuera a obligarte a ir al hospital e internarte hasta que no te duela.

Enarqué una ceja en su dirección.

-Bueno, si lo haría pero no lo haré, te lo prometo - levantó la mano derecha.

-Está bien. Solo me duele cuando me esfuerzo mucho, y el frío que está haciendo no me ayuda.

-Si tengo que cargarte para llevarte a cualquier lado lo voy a hacer, mañana te llevaré a la ciudad y luego me regreso.