Un gemido escapó de los labios del rubio, lo que le dijo al otro que tal vez estaba a punto de venirse. Se detuvo un momento, para descansar la lengua y boca. El mayor lo miró algo enojado, cosa que lo hizo volver, pero esta vez comenzó a chupar, metiendo primero la cabeza acostumbrandose a la sensación.

—Ahueca un poco... —ordenó Steve.

Tony acató la orden, cosa que hizo volar a Steve. Hundió la cabeza del otro, jalando de su cabello y empujándolo hacia abajo, buscando su propio placer, mientras sentía unos dedos entrometidos en sus muslos.

No duró mucho, tampoco pudo avisar que su orgasmo estaba apunto de llegar. Así que en un vaivén de la boca de Tony, Steve jaló más fuerte su cabello y se vino dentro de su boca.

Tony lo escupió rápido en el basurero y se limpió la boca.

Antes de que pudiera decir algo, Steve lo levantó y lo puso contra el escritorio para follárselo ahí mismo, mordisqueando su cuello y tapándole la boca para que no gimiera.

—Parece que las cosas no van muy bien en casa. —se burló Tony entre estocadas.

—Qué crees. —le contestó Steve.

Lo empujó más hacia adelante y se vino una segunda vez en su espalda, seguido de Tony.

—Bueno, ¿y me vas a decir qué pasó con Loki? —le preguntó posterior al acto.

—No puedo, Tony.

—Y te cuento qué pasó entre nosotros.

—Lo voy a pensar.

...

Las cosas en casa de Bucky estaban algo tensas por la última vez que se habían visto con Nat, pero ella le había llevado un pastel para animarlo y le hizo un café, además de lavarle los platos ya que él en ese momento no podía.

—Nat, no es necesario que lo hagas. —le dijo Bucky desde la mesa de la cocina.

—Sí, tú déjamelo a mí. —ella se quitó el sweater para no mojárselo, quedando en una camisa roja que evidenciaba mucho que no llevaba sostén.

—¿Cómo han estado las cosas en la escuela? —le preguntó Bucky haciendo contacto visual.

—Pues... nada, solo un pequeño update. Dicen que Loki estaba cortándose en la clase y Steve le quitó la navaja y pues ya nadie lo vio en todo el día. No sé qué habrá pasado en verdad.

—Qué mal... pobre.

—Sí, igual me compadezco de él —ella suspiró—. Platos lavados, pero ahora estoy empapada.

Su camisa roja se veía absolutamente mojada, marcando su figura y el piercing en su ombligo.

—Am... —Bucky negó con la cabeza—. ¿Te presto algo?

—Por favor, me estoy congelando —y se notaba—. Pero yo te voy a robar algo, no te preocupes.

Ella se dispuso a ir a la habitación, pero se resbaló con el agua del piso y se cayó de cola.

—¿Estás bien? —Bucky se rio y se levantó para ayudarla.

—¡Sí! —ella soltó una carcajada—. ¡Sí, no me ayudes! —se arrodilló en el suelo frente a él, solo para notar el bulto en su sweat pant gris. De repente el mood cambió por completo y el olor que salía de esa habitación era difícil de controlar.

De un segundo a otro Nat se había dado cuenta de que estaba lamiendo el miembro de Bucky, mientras éste estaba con la mano en su cabeza controlando sus movimientos, hasta que la levantó para ponerla contra el mueble, levantándole la falda de cotele negra y le rasgó las medias para poder entrar en ella, bajándole el cuello de la camisa para liberar sus pechos, y solo follársela ahí mismo, en su cocina.

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