MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️

✨11. No lo amo✨

Mis dedos penetran las hebras de mi cabello.

—Maldita sea, Mijaíl se dará cuenta que he demorado mucho, y si es así me podrá hacer algo muy feo, él es cruel—, comienzo a murmurar haciendo que Francesco se acerque a mí buscando la manera de consolarme.

Sus labios tocaron mi frente.

—Él piensa que me fui, —me dice pasando sus dedos por mi brazo izquierdo—. No sabes cómo muero por besarte, Victoria—niego inmediatamente con la cabeza, esto está mal, si él se llega a dar cuenta de esto, no dudaría en matar a mi madre y ella es lo único que tengo conmigo, empujo a Francesco muy lejos de mí. El italiano me mira extrañado.

Un nudo se forma en mi garganta.

—Cuando tenía dieciocho años Mijaíl me secuestró, se obsesionó conmigo cuando me vio por primera vez en la escuela—, pauso un momento limpiando las lágrimas de mis ojos—. Yo era la mejor amiga de uno de sus trabajadores, no sabía que Jhon vendía drogas ya que eso me lo ocultaba muy bien, un día en medio de una trifulca en mi escuela por la muerte de un profesor—, comencé a llorar recordando el trauma que me ocasionó Roberto, — Mijail me había llamado esa mañana confesándome que el cumpliría la promesa de que siempre seria de él, y así fue hasta el sol de hoy—. Terminé de decir. Francesco me atrae hacia sus brazos, suspiro su aroma, ese perfume de Paco Rabanne me sigue volviendo loca, me separo de él recordando a Mijaíl.

—¿Y porque sigues con él? —me pregunta pasando su pulgar suavemente por mi rostro.

Me aparté un poco de su lado.

—Mijaíl me había dejado libre a la fuerza. Tiempo después de estar con él, su madre junto a otra mujer ideó un plan para hacer que escapara de ese bastardo, sin embargo, todo salió mal. En medio de mi huida, me enteré Mijail sabía todo el plan desde el principio, así que provocó un accidente que me dejó casi muerta, pero al menos pude escuchar a uno de los hombres de ese malnacido diciendo que me dejaran allí, que la CIA estaba cerca y que después me podrían recuperar, después entendí de que mi sufrimiento era un juego para él y yo solo era la distracción en ese momento, ya que no podía tener a la mujer que él amaba, o eso escuché por parte de Marcela Volkov. Cuando salí del hospital la policía me ayudó a esconderme, me cambié de ciudad, comencé a estudiar y pues terminé en tu empresa—, le digo—. Cuando me llevaste al hospital mi ataque de nervios fue porque vi a Mijaíl después de siete años desde lo que pasó, se apareció en la discoteca donde estaba y me está obligando a estar con él de nuevo—Francesco traga duro procesando todo lo que le estoy diciendo.

—¡Lo voy a matar! —estampa su puño contra la pared dispuesto a salir del lugar donde estamos, siento mi corazón bombear con fuerza y lo detengo.

—¡No! ¡Harás que me mate!

Solté entre dientes.

—Trataré por todos los medios sacarte de allí—promete y no lo creo.

Jamás podré huir de él.

—Tengo que irme—, confieso limpiando mis lágrimas.

Antes de salir Francesco me da un beso en mi frente: —Te sacaré de esto, lo prometo—susurró y mi corazón se arruga entrando a mi realidad, no creo que mi ex jefe pueda hacer algo por mí.

Al llegar de nuevo a la mesa puedo ver como una chica morena está en las piernas de Mijaíl, bebiendo su vino con la copa que hace unos minutos era mía, me siento al lado de ellos y cuando él se da cuenta de mi presencia empuja a la mujer lejos de nosotros.

—¿Por qué te demoraste tanto? —trago seco cuando lo escucho hablar.

—Quería refrescarme un momento, Mijaíl, ¿ni eso puedo hacer ahora? —intento de sonar indignada para que no sospeche de mí.