Capítulo 1

1.2K 114 264
                                    

Hola queridas lectoras, bienvenidas a esta historia!

Para las nuevas, os recomiendo que leáis las historias anteriores de la Saga Salvaje para conocer mejor las dinámicas de los personajes, podéis encontrarlas en mi perfil:

#1 Tierra Salvaje
#2 Criatura Salvaje
#3 Corazón Salvaje

Para las que ya conocen la saga, tan solo decirles que tenía muchas ganas de mostraros esta nueva historia, la cuál es un tanto distinta a las demás. Me gusta que cada historia sea única, como sus personajes, en este primer capítulo vamos a conocer un poco más a Evanna.

Cuando escribía sobre ella siempre venía a mi mente una imagen parecida a la de Penélope Featherington, desprendiendo inocencia y bondad como en la imagen que podéis ver en multimedia.

La historia de Evanna empieza unos meses antes de la proclamación de Calem como Laird. De hecho, en Corazón Salvaje se habla sobre Evanna en el capítulo de la proclamación (sin nombrar su nombre).

¡Disfrutad del capítulo!

Miraba distraída al exterior mientras olvidaba sus labores de costura, igual que cuando era una niña. Su padre y sus hermanos habían salido a cazar al alba y aún no habían regresado. A Evanna le habría encantado participar, era muy buena con el arco, mejor que sus hermanos menores Alfie e Irvin. Pero ella era una mujer y bajo ningún concepto su padre le hubiera permitido ni siquiera acompañarlos.

-Así nunca terminarás ese bordado, querida. -le dijo su madre con ternura. Evanna la miró encontrándose con unos ojos azules como los suyos propios.

-¿Qué hemos hecho las mujeres para que se nos prive de tanto? -expresó con pesar mientras retomaba el bordado. -Padre nos odia ¿verdad? -siguió dolida. -Solo por ser mujeres.

Le sostuvo la mirada a su madre por unos instantes en los que su progenitora hizo una mueca de disgusto. Madre e hija eran muy parecidas, no solo en sus ojos, sino también en su cabello dorado y en su cuerpo voluminoso y exuberante. Su propia institutriz, una mujer severa de edad más avanzada que su madre, Forbia no dejaba de recordarle que su figura no le resultaría atractiva a ningún pretendiente si no dejaba de ganar peso, todo ello mientras apretaba sin piedad las tiras de su corsé.

-Y no es el único, cariño. -respondió resignada. -Nos hemos visto obligadas a existir en los márgenes de los hombres, renunciando a nuestro propio potencial para sobrevivir. -tomó su mano. -Quisiera que este fuese un mundo distinto, uno en el que no tuvieras nada que temer Evanna. Siempre te protegeré, pero para ellos no somos más que una propiedad, como esta casa o como un caballo. -su bordado había caído al suelo.

Mientras hablaba Evanna pudo ver en los ojos de Sarah una profundísima tristeza. Se preguntó si su madre había sido feliz alguna vez, la abrazó. Los rollizos brazos la abrazaron entregándole todo el amor del que disponía.

-Señora. -las interrumpió la voz de la sirvienta. Ambas se recompusieron de ese momento de emoción y su madre asintió. -El señor Russell acaba de llegar, al parecer tiene asuntos que tratar con el señor. -informó.

-Entiendo, por favor hágalo pasar al salón y ofrézcale algo de beber, mi hija y yo lo acompañaremos enseguida. -la sirvienta asintió y fue veloz a cumplir la orden.

-Es la tercera vez que nos visita esta semana. -comentó Evanna cuando su madre se levantó.

-No sé qué clase de negocio tienen entre manos, pero es él quien debería soportar la presencia de ese ser despreciable y no nosotras. -se quejó mientras alisaba su falda. -Siento involucrarte en esto cariño, pero estar a solas con ese hombre me da escalofríos. Tiene unos ojos tan fríos.

Destino Salvaje | Saga Salvaje IVWhere stories live. Discover now