Prólogo I. El Centésimo Nuevo Comienzo

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La luna está especialmente brillante esta noche.

Como si creyera que necesito la luz adicional. Como si me hiciera compañía.

Me causa gracia. Últimamente en lo único en lo que encuentro alivio cómico es en cómo las cosas que una vez importaron para mí son insignificantes en la actualidad.

Quizás me hubiera gustado una luna llena.

A lo lejos soy capaz de oír a las personas hablando del frío que hace. La temperatura ha estado bajando estos días, la gente usa abrigos largos y peludos, duerme con mantas pesadas y regala bufandas recién tejidas. Seguro sería desconcertante para ellos verme usando solo mi camisón de seda, sentada en lo más alto del techo durante una noche tan fría.

Sí, el techo. La humedad de las losas de concreto se cuela través de la tela hacia mi piel, pero no me molesta. En realidad me tranquiliza, me ofrece algo de consuelo. Me dice que no soy la única cuya piel irradia el frío del que otras pieles tienen tantas ganas de librarse esta noche.

Oh, pero ver a esa pobre gente del pueblo mirándome encontrando comodidad en el techo, pensando que me he vuelto loca. Me río de solo pensarlo.

Mis oídos captan las quejas de una mujer entre los sonidos de la noche. Su esposo se ha tardado mucho en llegar.

‹‹Esto podría ser interesante.››

Le hago el favor de buscar el nombre en los susurros de otras voces. Los sonidos viajan rápido a través de mis oídos mientras se doblan a mi voluntad, ofreciéndome lo que busco. 

Pasan un par de segundos hasta que me entregan el nombre.

Robert Harding.

Una súplica suave. Delgada, similar a un gemido.

Oh.

Es en momentos como estos que recuerdo lo mucho que me desagradan los hombres.

‹‹Váyase a dormir señora Harding.››

‹‹Su esposo no es más que escoria adúltera.››

Llena de repulsión decido escuchar en una conversación diferente. Centro de la ciudad, una llamada telefónica, una de las voces ligeramente distorsionada. Deben estar hablando por el teléfono fijo.

Las voces son finas, melosas y suaves. Chicas. Adolescentes, hablando del gran día de mañana.

Dudo que un nuevo año escolar sea algo grande.

Al menos para mí no lo es. Para estos seres efímeros, todo es grande.

"Ya verás, este será nuestro nuevo inicio..."

Ilusas.

Demasiado anhelo. Demasiado esfuerzo desperdiciado en miradas y primeras impresiones, como si se les fuera la vida en ello.

Tal vez lo haga.

Al final todo quedará en nada. Todos los seres, por bonitos o populares que sean, son iguales en la muerte.

Así que realmente no importa, ¿o sí?

A nadie le importa nada ni nadie más que sí mismo.

Es por eso que soy una de las amenazas más grandes a ese patético pueblito. Porque ni siquiera a mí me importo yo.

En la primera avenida un chico susurra a su padre las buenas noches y se va a jugar videojuegos. Dos cuadras después una pareja se despide del fin de semana y prometen verse mañana en la escuela. Saliendo del pueblo una amante escapa de las sábanas de un hombre casado.

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⏰ Last updated: Aug 07, 2023 ⏰

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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄Where stories live. Discover now