MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️

✨10. Mijail Volkov está loco✨

—¿Cómo carajos esta ella aquí? prometiste que la dejarías en paz, dejaste ir a aquella muchacha colombiana ¿y ahora te aferras a esta chiquilla? —Mijaíl se voltea a verla con el ceño fruncido, se dirige a ella con pasos agigantados haciendo que la mujer y yo retrocedamos temblorosas.

—No te importa mi vida ni esta mierda, solo te quieres preocupar por alguien que no es nada tuyo, si quieres hacer tu acción buena del día, no es aquí—las palabras de Mijaíl fueron duras haciendo que su madre se estremeciera, este me toma de la mano atrayéndome de nuevo hacia él, me siento como si fuera un maldito objeto sin valor.

—Mijail...—trato de decir algo, pero su semblante está tan cambiado que me da miedo continuar hablando y me trago mis palabras.

—Hijo, esa no es la manera de hablarle a tu madre—, contraataca Marcela tratando de defenderse, Mijaíl bufa, al parecer esta situación le parece divertida, lo miro a ambos por un momento.

La mandíbula del mafioso se volvió tensa.

—Porque no me ayudaste cuando mi padre me golpeaba o cuando hizo que le disparará al hijo menor de Oswaldo Wilches cuando apenas éramos unos niños, según él para volverme hombre, ¡Porque no me protegiste a mí! —grita en forma desesperada, haciendo que su madre brinque al igual que yo del susto, al parecer la mujer quedó sin palabras. Veo dolor y sufrimiento en cada una de sus acusaciones. Mijaíl asiente dando una orden, uno de sus hombres se dirige hacia su madre tomándola del brazo con fuerza y sacándola de su casa—Saben que tienen que hacer—, le susurra él a uno de sus guardias, una corriente pasa por todo mi cuerpo al escucharlo hablar sin piedad alguna.

Mi corazón golpeó con fuerza dentro de mi pecho.

—Eres mía y nunca te alejarás de mí, Victoria, si lo intentas mataré a tu madre y a toda la puta gente que ames, y si algún día logras irte de mi lado, prefiero verte muerta que en brazos de otro hombre—, me amenaza—. Ahora sube a tu habitación, Rebecca irá contigo, te pondrás sin chistar lo que ella te dé, hoy me acompañaras a cerrar un negocio en una de mis bodegas de droga, así que, si intentas escapar, mandaré a matar no solo a tu madre, sino a tus amigos y a ese maldito que tanto te gusta, Alexander Russo.

Mordí mi mejilla interna para no llorar. Subo las escaleras que dan hacia mi habitación en este maldito lugar. Mi cuerpo está temblando y me es casi imposible hablar.

Rebecca, me tendió una falda de cuero negra sumamente corta, con un top crop color rojo, unos botines que me llegaban hasta arriba de las rodillas y la palabra «putas» es lo único que pude pensar vestida de esta manera, la empleada dijo que «el señor», como lo llama ella, demandó que me pintara los labios de rojo, según él me quería ver de esa manera. Traté de recogerme el cabello, pero la mujer me lo impidió.

Después de unos minutos Pedro llegó a la habitación buscándome, al verme vestida de esa manera pude notar que maldijo en voz baja, lo miré por un par de segundos y solo me torció los ojos dándome la orden de que bajara porque Mijaíl ya estaba en el coche esperándome.

—¿A dónde iremos? ¿y porque estoy vestida así? —le pregunto cruzada de brazos, Mijaíl sonríe, ya que al parecer esta situación le causa gracia—¿de qué mierda se ríes? —, susurro solo para mí, pero el semblante del ruso cambió dándome a entender que también me escuchó.

—¿Quieres morir tan joven, osita? porque yo tengo tantas ganas de ti, que sería una pena tener que matarte —sus palabras suenan rudas, este pasa su mano sobre mi muslo al descubierto, aun siento repulsión cada vez que me toca de esa forma.

Mi mandíbula se tensa.

—Si es la única manera para dejar de ver tu maldita cara, ¡claro que acepto! —mascullo ganándome una mirada de odio por parte de él.