El día de hoy, Frank y Cinco me han traído al campo de golf para distraerme un poco al estarme preocupando mucho por la salud de mi padre. Además, hoy nos acompañaría la tía Hargreeves así que espero poder agradarle por fin. Tiene un carácter especial pero se que puedo lograrlo.
- Buen tiro, tía.- alagó Cinco al ver el toro perfecto de su tía, el cual fue muy preciso y entró sin problema al hoyo indicado.
- _______, escuché de Cinco que has estado practicando últimamente.- comentó mientras me cedía el turno a lo cual tomé el palo de golf un tanto nerviosa.
-Vamos, recuerda los consejos de acción. Confia en ti misma.- me alientó a a lo que tragué saliva ante mi nerviosismo.
- Sr. Hargreeves, ha llegado el coche para recoger a Frank.- comentó uno de sus empleados. Cinco y yo intercambiamos miradas, había prpmetido que no me dejaría sola con la tía, pero tampoco quería que dejara solo a Frank.
- Dr acuerdo. Me despediré de Frank y regreso enseguida.- asintió hacia mi y tomó a Frank entre brazos.- Vamos. Ven aquí.- ambos se fueron dejándome con la tía.
- Ellos realmente te aman. También debes amarlos ¿Tengo razón?.- se acercó con ciertas intenciones a lo que suspiré.
- Tía...No te preocupes. Haré lo que quieras.- comenté decidida.- Amo a Cinco. Yo también le deseo lo mejor.- asintió y se fue dejándome completamente destrozada.
Al final lo había logrado.
Ella ganó.
- ¿Cómo estás?.- me preguntó Cinco llegado un tanto apresurado.- ¿Está satisfecha? Parece que el resultado no es satisfactorio. No hay que rendirse, practica más. Puedes hacerlo.- me decidí a verlo directamente a los ojos para que se diera cuenta de mi estado.- ¿Qué pasa?...
- Cinco, ya no tener nada que ver contigo. Quiero romper contigo.- me miró confundido.
- ¿Estás bromeando conmigo otra vez?.
- Me temo que esto aturdirá a Frank...Así que por favor. Lentamente déjaselo claro.- traté de esquivarlo para irme pero me detuvo tomándome de la muñeca.
- Tienes miedo de que aturda a Frank ¿No tienes miedo de que yo me aturda?.- y por primera vez, noté el miedo y la tristeza en el rostro de Cinco Hargreeves. Aquel tipo que decían que no tenía sentimientos, claramente resultó todo lo contrario.- ¿La tía dijo algo otra vez? Hablaré con ella y...- me solté de su agarre mientras negaba y salía dispuesta a no voltear atrás.
Sabía que si lo hacía, todo se iría al carajo nuevamente.
