Luz y Oscuridad

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-Cuéntame de tu familia- pedí

Nick mostró una pequeña sonrisa en su rostro.

-Nunca conocí a mi padre. Sé que salió un par de veces con mi madre, la embarazó y simplemente desapareció-

-Mierda, lo siento tanto Nick- murmuré sintiéndome culpable de haberlo empujado a hablar del tema. 

-No te preocupes, ya no me importa. Mi madre y yo salimos adelante, nunca necesitamos la ayuda de nadie- 

Asentí. Me hubiera encantado conocer a la mujer que crió con tanta valentía y dulzura a este hombre. 

-Hace un par de años ella enfermó y a pesar de los tratamientos que hizo, no sobrevivió-

Nick hablaba del tema con algo de frialdad. Es como si se pusiera en modo automático y contara una historia que le era ajena. 

-Joder, me siento terrible por hacerte hablar de esto. Mejor cambiemos de tema- me sinceré.

-Tranquila Chiara- sonrió - He aprendido a vivir con eso. No voy a negar que me entristece, pero la vida sigue- 

Supe que mentía en sus palabras. Aún le dolía y mucho.
Quise abrazarlo con fuerza, pero no sentí que eso le gustara. Quizá lo incomodaba aún más.

Solté su mano y me detuve. 

-Gracias por confiar en mí- 

Nick sonrió y acomodó mi cabello que danzaba rebelde por el viento. 

A continuación acarició mi mejilla con su pulgar. 

Inevitablemente mi piel se erizó.

-Eres hermosa, Chiara-

Mi Dios. Me iba a dar algo en cualquier momento. 

Casi sin poder controlar mis movimientos, di un paso hacia él y sentí su suave aliento mentolado golpear mi rostro.

Moría por besarlo, y no encontraba ningún motivo para no hacerlo.

Nick colocó su mano en mi nuca, y como un baile sincronizado, nos acercamos. 

Cuando nuestros labios se tocaron, sentí que todo en mi temblaba.
A continuación me derretí entre sus brazos disfrutando de la dulzura con la que Nick me besaba. 

No podía creer que al fin estaba sucediendo. 

Y mucho mejor de lo que había imaginado.

Nos separamos unos segundos para respirar. Sus ojos brillaban con emoción y estaba segura de que se notaba en mi rostro que moría de amor por él. 

Nick sonrió y volvió a acariciar mis labios con los suyos. 

Lo hacía con ternura, con dedicación, tomándose todo su tiempo. Y eso me gustó aún más. Lo disfrutaba tanto como yo.

Perdí la noción del tiempo que pasamos así, besándonos, riendo, conociéndonos un poco más.

Lamentablemente al día siguiente debíamos ir a la universidad temprano y no había opción de faltar, ya que debía entregar un trabajo muy importante.

Así que muy a mi pesar, tuvimos que despedirnos.

Nick me acompañó hasta el auto y antes de que me subiera, habló.

-¿Sabes? Es bueno por fin compartir una clase juntos- 

Lo miré sorprendida. Entonces el sentimiento era mutuo…

-Finalmente después de tantos años coincidimos- reí.

-Si, y valió la pena esperar-

-¿Esperar?- Lo miré intrigada y él sonrió. 

-Adiós Chiara. Y por favor avisame que llegaste bien-

Me acerqué con una sonrisa y le dí un corto beso en los labios.
Moría porque durara más tiempo, pero no quería parecer tan desesperada.

En silencio me subí al auto y antes de acelerar, volví a mirarlo.

Estaba de pie con sus manos en los bolsillos. Me dedicó una hermosa sonrisa, que era una mezcla perfecta de sexy y tierna.

Y pisando el acelerador, me alejé de su figura.

En cuanto llegué a casa envié dos mensajes: 

Uno a Nick:
“Llegué, gracias por esta noche”

Y otro a Becca:

“¿Todo bien? ¿Estás en tu casa?”

Enseguida obtuve las dos respuestas. Abrí primero el de mi mejor amiga:

“Si, sobreviví jaja. Mañana hablamos, te quiero”

Rodeé los ojos y le respondí que yo también la quería.

Luego, leí el otro mensaje.

“Me alegro. La pasé muy bien, eres muy genial. Espero que pronto se repita.”

Respondí simplemente con un emoji de corazón rosa. Tampoco que debía mostrarme tan facil joder.

 Y entre suspiros y sonrisas, me acosté para intentar dormirme… Aunque no sería fácil.