O2 • why am I different? •

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—Por favor—. Pero un simple puchero acompañado de aquel tono tan tierno eran suficientes para persuadirla.

La mayor suspiró pesadamente, cerrando sus ojos a la vez que sus orejas se pegaban a su cabeza por unos segundos.

—Está bien, adelante—. La risa de la menor no demoró en resonar por la casa de ambas hembras.

Nalani se levantó como si de un resorte se tratara, con su cola moviéndose gracias al entusiasmo.

—¡Gracias, sa'nu! Eres la mejor—. Le sonrió a su madre, quien no pudo evitar soltar una leve risa nasal mientras con su mano le indicaba que saliera.

Como la gente del cielo ya no estaba por los alrededores, una vez más se sentían en plena libertad para hacer su vida diaria sin temor ninguno. Por eso mismo le dejaba cierta independencia a su pequeña, tampoco quería agobiarla.

Nalani abandonó el hogar de ambas féminas, mirando a su pueblo mientras caminaba entre ellos. Sabía que Neteyam había salido junto a su padre, muy emocionado le contó que irían a un río cercano a tomar algunas lecciones de caza.
Ella estaba muy orgullosa de él y su claro progreso, apoyándolo con todo el cariño posible. Lo habría acompañado de no ser porque no le interesaba demasiado aquel tema, prefiriendo recolectar o, al igual que su madre, ayudar como sanadora; era una niña de ciencias, lo llevaba en la sangre.

Se detuvo cuando a lo lejos divisó a un grupo de jóvenes, escudriñándolos al percatarse de que más o menos eran de su edad y parecían entretenerse.
Sonrió emocionada ante su nuevo objetivo, acercándose mientras su cola se movía y daba pequeños saltitos.

—¡Hola!— Saludó animadamente, ignorando el hecho de que los otros niños se fundieron en un abrupto silencio ante su presencia. —¿Qué hacen? ¿Podría unirme?— Ladeó un poco su cabeza mientras preguntaba, tratando de sonar amigable.

Los chicos, que eran dos niñas y tres niños, se miraron los unos a los otros sin decir nada.
Los cinco pares de ojos ámbares, incluidos los de Nalani, recayeron en quien parecía el líder al ser el mayor, teniendo unos once quizá.

—Uh, claro—. Cedió finalmente, arqueando el hueso de una de sus cejas mientras inspeccionaba a la recién llegada de arriba a abajo. Una débil sonrisa ladina se asomó por sus comisuras, dirigiendo un gesto cómplice al resto tras unos segundos. —Vamos, por aquí.

Los seis niños emprendieron camino, adentrándose al bosque aunque sin ir muy a fondo, no dejaba de ser peligroso después de todo.

Nalani, como de costumbre, admiraba la belleza de su hogar con gran dicha en su corazón. Hasta había hecho nuevos amigos, algo que fue mucho más sencillo de lo que pensó.

El mismo muchacho que aceptó su compañía era quien lideraba la marcha, hablando de cosas triviales con los otros niños al ya conocerse desde antes.
Como la pequeña torbellino deseaba ser partícipe también, añadía algún que otro comentario con entusiasmo, relatando también alguna que otra anécdota. Notaba lo raro que se tornaba el ambiente cada vez que lo hacía, pero lo atribuyó a que recién se conocían; si ella no rompía el hielo entonces nadie lo haría.

—¿Por qué hablas tanto?— Aquel mismo joven, quien cuyo nombre resultó ser Ato'k, terminó por encararla con un tono algo borde.

—Oh, ¿lo hice? Perdón, no me di cuenta—. Se disculpó inocentemente, algo avergonzada por su actitud ya que no quería que sus nuevos amigos la tomaran por intensa o algo parecido. —Mamá también me dice a veces que tengo mucha energía. — Explicó entre risas con la intención de aliviar la tensión que se había formado.

Ni siquiera se había dado cuenta, pero ahora estaba rodeada por los otro cuatro infantes mientras Ato'k se mantenía frente a ella, portando un semblante que le hizo agachar las orejas con pena y tragar saliva sonoramente.

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⏰ Last updated: May 06, 2023 ⏰

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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓𝐄𝐒𝐓 || ηєтєуαм ѕυℓℓуWhere stories live. Discover now