Prólogo.

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Esa mañana fue fría, pero no se comparó con el frío corazón que dejaste atrás.


Nunca terminamos de conocer a una persona, ni siquiera cuando convives con ella todos los días. Puedes comer con ella, reír con ella, dormir con ella y darle las partes más vulnerables de tu alma, puedes incluso compartir tus miedos, tus metas y tu vida. Pero cuando se separa de ti, cuando ella o él tiene sus momentos de intimidad a puertas cerradas... Esa persona nunca la conocerás: la verdadera versión de sí mismos que todos tenemos. Nunca lo conocí, aunque pasé tantos días a su lado y pensé que realmente lo hacía. Podía decir sus colores favoritos o incluso recitar de memoria cómo le gustaba el café, sabía la posición de todos los lunares de su cuerpo e incluso su más vergonzoso secreto. Pero el Louis que me rompió el corazón... Ese sólo se mostró una vez, el verdadero, hasta el final. 


—¿Qué estás diciendo, Louis? 

Probablemente el aire se había esfumado de repente de la faz de la tierra, no encontraba otra explicación, porque Harry sentía que por más que respirara no llegaba oxígeno a sus pulmones y un constante pitido incrementaba en sus oídos. ¿Había escuchado bien las palabras de su pareja? Aquella persona que se encontraba sentada frente a él y lo veía con el rostro serio, sin un sentimiento reflejado en sus facciones. 

¿Quién era él y dónde había dejado a la persona de la que se había enamorado?  

—Que quiero terminar —repitió—, ya no me siento a gusto. 

¿Quería terminar su relación? Sus ojos verdes comenzaron a llenarse de lágrimas instantáneamente y se llevó una mano a la boca, intentando ahogar un sollozo que no pasó desapercibido por la mesa de al lado, la chica bonita de cabello castaño lo miró con preocupación y Harry desvío la mirada. 

Estaban en un maldito restaurante. ¿Acaso Louis no podría haber elegido un lugar mejor? Estúpido imbécil idiota sin corazón. 

—¿Hice algo malo? —susurró con un hilo de voz— Si es así prometo que puedo cambiarlo, prometo que puedo ir al psicólogo si quieres Lou, puedo arreglarlo todo pero por favor, no me dejes. 

El oji-azul negó con la cabeza y el visible desinterés que denotaba su rostro rompía cada vez más el corazón de Harry. ¿Acaso a él no le dolía en lo absoluto lo que decía o la idea de separarse? ¿Qué pensamientos pasaban por su mente? Quería abrir su cabeza y ver aquello que no trasmitía su voz ni su expresión.

—Ya tomé la decisión —la firmeza de su voz trasmitía la seguridad y convicción de sus palabras—. No hay nada que me digas que me pueda hacer cambiar de opinión. 

—Por favor, por favor Louis —rogó—, haré lo que tu quieras, no volveré a enojarme jamás pero no me dejes. 

Si Harry pensó en ser silencioso al inicio, no funcionó, en esos momentos ya no había nada más que ocultar. Todo el restaurante los estaba viendo y la mesera que se encargaba de llenar sus cafés se había detenido a medio camino indecisa sobre acercarse a ellos o no. Louis vio su taza, efectivamente ya estaba vacía. 

Se levantó del asiento y le ofreció una mano a su ahora ex pareja que lloraba desconsoladamente en la silla, con las mejillas sonrojadas por la vergüenza de la escena que estaba creando. Efectivamente, quizá había sido una mala elección de lugar pero las cosas ya estaban hechas. Le tendió la mano para que Harry la aceptara y caminaron juntos hacia afuera, mediante el agarre de sus manos Tomlinson pudo notar que el chico temblaba. 

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⏰ Última actualización: May 09, 2023 ⏰

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The leftovers || L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora