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Aquel fin de semana Jungwon se sintió atormentado, la molesta voz de su cabeza no lo había dejado en paz desde el viernes por la noche.
Su hermana lo había notado e incluso Jake, y aunque intentaron hablar con él, no había sido posible como era de esperarse. Así que Jungwon simplemente estuvo en su habitación encerrado pensando en que tal vez, solo tal vez, se había pasado un poco con ella.
Llegó el lunes y en cuanto puso un pie en el instituto, como era de costumbre, algunas miradas ajenas se pusieron sobre él, no le importaba, después de algunos años él se había acostumbrado a que otra gente lo viera y murmurara o esparciera cosas que ellos simplemente no sabían.
Sinceramente, Jungwon solo tenía un solo pendiente en ese momento, y era disculparse con Juria, pensó en ir a buscarla apenas llegara a la escuela, pero rápidamente desechó esa idea al recordar que los demás alumnos podrían verlos y tal vez intentarían estupideces de Juria por estar con él y era lo último que él quería, involucrar a alguien más en su miseria. Así que decidió hablar con ella a solas en cuanto estuvieran limpiando los salones.
Sus clases pasaron tranquilas, al acercarse cada vez más las vacaciones de verano, algunos profesores estaban hablando ya del proyecto final y exámenes, pero Jungwon parecía poco preocupado. Su horario de clases terminó como era costumbre, fue el último en salir y dirigirse al piso de arriba para poder hablar con Juria.
Al llegar, un casi profundo silencio lo invadió, de no ser por otros cuantos alumnos que hablaban en la planta de abajo, no se escucharía absolutamente ya que el resto seguía en clases. Aún así Jungwon siguió su camino hasta el salón con el que continuaban y se sorprendió un poco al ver el lugar totalmente vacío. Quiso pensar que ella seguía en clases y que no vendría hoy, sino hasta mañana, así que no esperó más y comenzó con la limpieza.
Juria no apareció ese día, y Jungwon volvió a casa más cansado mentalmente que físicamente.
—Hola, Jungwon —lo saludó Jake como era costumbre, sentado en la sala junto a su hermana mayor.
Jungwon lo miró antes de ir a la cocina a comer algo y después irse a su habitación a encerrarse y hacer sus tareas.
Un par de golpes en su puerta lo molestaron mientras esuchaba música en su computadora, la puerta se abrió cuando el bajó el volumen para darle permiso de entrar a quien fuera y vio el rostro de Jake asomándose.
—Iré a comprar pizza, ¿quieres venir? —preguntó el mayor con una sonrisa.
La simple pregunta hizo a Jungwon fruncir ambas cejas, confundido evidentemente, ¿por qué querría acompañarlo? se preguntó sin quitarle los ojos de encima al chico mayor.
—No.
—Entiendo. Te ves un poco más decaído y molesto de lo normal, creí que querrías hablar con alguien —Jake se encogió de hombros y rascó su nuca—. Entonces volveré luego.
