La hermana de Pablo Gavi no tenía ningún interés en el amor, ella solo tenía interés en Jack Ross su personaje literario favorito.
Pero ahí llegó Pedri poniendo todo su mundo patas arriba.
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sidney
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EN ALGUNOS DÍAS QUE HAN pasado bastante rápido han ocurrido demasiadas cosas, como cuando Pedri me invito a ser su acompañante en la gala para que Pablo llevase a su chica o cuando me probé el vestido.
Hoy volamos hasta París para la gala la cual se celebra pasado mañana. Aún no he podido ver el traje de Pedri, dice que es sorpresa.
—–¿Qué asientos eran?— Le pregunté a Pablo cuando llegamos al aeropuerto.
—–Tata, que el Barcelona nos ha prestado su avión privado ¿recuerdas?— Me pregunto mi hermano burlón.
—–Nunca he ido en un avión privado Pablo así que no se como son.— Hable empujando mi maleta más hacia mi.
Al llegar al avión Pedri y Lewandoski junto a la mujer del polaco y sus hijos ya se encontraban allí.
Me senté al lado de Pedri en frente de los polacos mientras Pablo se había sentado un poco más apartado junto con su novia.
Laura, la hija más pequeña de Lewandoski de dos años, comenzó a gatear hacia mi. La alce en brazos moviéndola de un lado a otro lentamente. Anna me agradeció con la mirada, parecía agotada y yo simplemente sonreí.
—–¿Te gustan los niños?— Me pregunto Pedri mirándome.
—–Si, me gustaría tener dos o tres, pero ya para más adelante.— Hable mirando como la bebé se había quedado dormida.
—–Gracias por cuidarla.— Agradeció el delantero al despertarse.
—–Oh no ha sido ningún problema, es muy tranquila.— Hable sonriendo.
—–Pues se te dan muy bien los niños.— Hablo Pedri entrelazando nuestras manos.
—–Gracias.— Agradecí tratando de ocultar mi leve sonrojo.
