Son pololos - Luckity

III

Compartían el mismo banco y la fila para entrar...

Después de aquel suceso, ninguno de los dos quería tomar la palabra, se sentían avergonzados; sin embargo luzu tomo la decisión de disculparse, después de todo su amigo era el culpable de lo que había pasado.

-Hey quacks, perdón por lo que paso en el recreo, yo- quackity lo interrumpido 

-nono luzu, no te preocupes, solo fue un accidente- el pelinegro negaba, tenia las mejillas levemente enrojecidas.

-claro- luzu sonrió de manera forzosa, ¿Qué habría pasado si se hubieran besado?

No le dieron mucha importancia, siguieron hablando como de costumbre.

Pasaron algunas semanas y luzu se acercaba cada vez mas a quackity, ahora podría decirse que eran amigos mas cercanos.

al almuerzo las cucharas y ese mendrugo de pan...

-No mames luzu, que pan tan pinche bueno- almorzaban juntos, a luzu no le gustaba tanto el pan, y cuando ya se sentía lleno solo se lo daba al pelinegro, quien parecía un poso sin fondo pues siempre tenia hambre.

- que bueno que te guste, mi mama es la que lo hace, te invitare un dia a mi casa para que pruebes las galletas que hace, te van a encantar

-No mames de verdad?- al pelinegro le brillaban los ojos, a luzu se le encogía el corazón de la ternura que le daba

iban juntos en la cueca y también al disertar...

- Y así concluye nuestra exposición- a Luzu y Quackity les habían dejado de tarea preparar una exposición sobre la célula, quackity no era muy bueno para hablar en publico asique el hizo la cartelera y luzu preparo la exposición. 

-Muy buena exposición joven Luzio, sin embargo, no escuche nada de parte del joven quackity- quackity solo balbuceaba entre dientes- Claro, una decepción como siempre- quackity aparto la mirada desanimado 

luzu al ver tal actitud de parte del profesor se indigno mucho, quackity se había esforzado haciendo aquella cartelera, incluso se había quedado bien bonita 

-Con todo respeto profesor, quackity se esforzó mucho ayudándome con la cartelera, no merece que usted le trate así- el pelinegro volteo a mirar a su compañero con una sonrisa en el rostro, estaba agradecido de que lo defendiera de esa manera.